Marcelo Schreiner dejó su siesta tradicional para hablar de lo que hace en el campo. Particularmente en lo que se refiere a la industria láctea. Tambero por excelencia es de los que se levanta, de lunes a lunes, a las cuatro de la mañana para realizar las tareas de ordeñe.
Bombacha y camisa verde, boina y alpargatas, Marcelo cortó la rutina de la siesta para charlar un rato sobre su trabajo que es compartido con la familia, como en todo núcleo familiar en el campo.
Marcelo contó que trabaja duro para “poder terminar el nuevo tambo familiar, pero no es fácil, dado que el costo es muy alto”. Destacó que “llevamos 5 años trabajando en la construcción y todavía nos falta, siendo la idea, en principio, terminarlo en enero o febrero del año que viene, aunque con el ritmo que llevamos no creo que lleguemos porque faltan muchas cosas. Tenemos la mayor parte levantada, todo de material, con techos, fosas, corrales y nos estaría faltando la instalación de luz, agua, el silo, hacer los alambrados para que puedan llegar las vacas lecheras, además de pintura y otras tareas”.
Señaló que “el precio de la leche quedó estancado en 30 pesos, con un costo que anda en el valor mencionado”. Acotó que “estamos trabajando al límite, porque la alimentación es cara con el balanceado, silo de maíz, maíz molido, las alfalfas que hacemos en el campo y que es todo a valor dólar con lo que eso significa. Todo lo que se maneja en el campo es a valor de la moneda americana; mientras cobramos en un paso devaluado”.
Indicó que “planear algo en estos momentos es muy difícil. La plata que se puede llegar a juntar en determinado tiempo, cuando vas a comprar lo que fuere ya tiene otro valor y así es casi imposible progresar. No tenemos previsibilidad y eso es muy complejo, máxime cuando se trabaja con toda la tecnología que está a nuestro alcance. Hoy contamos con 50 vacas en ordeñe. Un plantel que se trabaja con inseminación, habiendo alcanzado una muy buena genética”.
El “promedio por vaca es de 24 litros, pero si la seca sigue avanzando se puede registrar un faltante de leche para el verano, aunque tenemos nuestra reserva, cambiando la avena por raigrás”.
Contó que es “tercera generación de tamberos y cuando arranque ordeñaba a mano con el banquito, manear el ternero, entrarlo y sacarlo cuando solo tenía 8 años. Hoy con 54 años y gracias a mi familia la sigo peleando”.
Contó que además de lechería en el establecimiento “también trabajamos con un rodeo (A. Angus) de carne lo que nos permite vender un lote de terneros, hacerte de efectivo y realizar inversiones”.
Abigeato
Marcelo es presidente de la filial Bovril “hace más de diez años, siempre luchando con los productores por el tema abigeato”. Acotó que “hoy estamos un poco más tranquilos con el tema del cuatrerismo”. Sobre la “famosa puerta giratoria”, opinó que “ es una historia de nunca acabar, porque a los dos días, o menos, de haber atrapado la policía a los cuatreros, estos últimos quedaban en libertad, los soltaban en La Paz (ciudad cabecera del departamento), algo que provocó mucho malestar en los chacareros”. Fue así que “hicimos una reunión, a la cual concurrió el Fiscal junto con la policía del departamento La Paz y de la brigada de Abigeato”.
Después de dicho encuentro “se ha tranquilizado una situación que había llegado a un punto límite”. Dijo que “antes de la reunión, la delincuencia carneaba, lo metían preso, salían al rato, inclusive los malhechores apuntaron, con armas de fuego, a la policía con una impunidad que superó todos nuestros límites de asombro”.
Opinó que el problema de hechos de abigeato “pasan por las leyes, razón por la cual los legisladores (Diputados y Senadores) van a tener que endurecer y que se cumplan las mismas, si queremos un país como la gente”.
