Un estudio en más 60.000 adultos ha demostrado la asociación entre el consumo de grasa láctea y un menor riesgo de desarrollo de diabetes tipo 2.

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El prestigioso grupo científico del Dr. Dariush Mozaffarian ha publicado en la revista Plos Medicine un estudio realizado por un consorcio internacional liderado por científicos de la Unidad de Epidemiología del Consejo de Investigación Médica de la Universidad de Cambridge y de la Escuela Friedman de Ciencia y Política de la Nutrición de la Universidad de Tufts, en el que encontraron una asociación negativa entre los niveles de biomarcadores de consumo de grasa láctea y el riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2.

Las guías nutricionales internacionales recomiendan el consumo regular de productos lácteos como una fuente importante de nutrientes, y en los países de altos ingresos, se fomentan los productos lácteos bajos en grasa como parte de las recomendaciones generales para limitar el consumo de grasas saturadas. En algunas investigaciones, el consumo de productos lácteos, en particular yogur y queso, se ha asociado con una menor incidencia de diabetes tipo 2. Pero estos hallazgos son inconsistentes y la evidencia sigue siendo controvertida.

El Consorcio FORCE fue establecido por investigadores de Europa, Norteamérica, Australia y Asia para examinar las relaciones de los biomarcadores de ácidos grasos con ciertas patologías. Los biomarcadores son moléculas que pueden medirse de forma precisa y consistente, y que actúan como indicadores del consumo dietario.

Se ha descubierto que las concentraciones en el tejido corporal de ciertos tipos de grasas -llamadas grasas saturadas de cadena impar (15:0, 17:0) y grasas trans naturales en rumiantes (trans 16:1n7)- se correlacionan con el consumo de alimentos lácteos ricos en grasas, tanto en estudios de auto-reporte como en estudios de intervención en los que los participantes consumen una dieta controlada. Estos biomarcadores ofrecen un enfoque complementario, junto con el auto-reporte del consumo de alimentos, para investigar la asociación del consumo de grasas lácteas con la diabetes tipo 2 en grandes poblaciones.

Los investigadores examinaron biomarcadores específicos del consumo de grasa láctea de un total de 63.682 adultos de 16 estudios multinacionales que forman parte del consorcio FORCE. Todos estos participantes estaban libres de diabetes tipo 2 cuando se tomaron las primeras muestras, y 15.158 de ellos desarrollaron diabetes tipo 2 durante el período de seguimiento de hasta 20 años. En cada uno de los estudios, los investigadores analizaron las relaciones de los biomarcadores de grasa láctea con el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

Cuando se reunieron todos los resultados de los 16 estudios, los investigadores encontraron que las concentraciones más altas de biomarcadores de grasa láctea se asociaban con un menor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Este menor riesgo fue independiente de otros factores de riesgo importantes para la diabetes tipo 2, como la edad, el sexo, la raza/etnia, el estado socioeconómico, la actividad física y la obesidad.

Por ejemplo, si las personas que se encuentran entre la quinta parte superior de las concentraciones de marcadores de grasa láctea se comparan con las personas que se encuentran entre la quinta parte inferior de las concentraciones, la quinta parte superior de las personas tiene un riesgo aproximadamente 30% menor de desarrollar diabetes tipo 2.

El autor principal, el Dr. Fumiaki Imamura, de la Unidad de Epidemiología del MRC de la Universidad de Cambridge, dijo: “Nuestros resultados proporcionan la evidencia global más completa hasta la fecha sobre los biomarcadores de grasa láctea y su relación con un menor riesgo de diabetes tipo 2”. Somos conscientes de que nuestro trabajo con los biomarcadores tiene limitaciones y requiere más investigación sobre los mecanismos subyacentes, pero al menos, la evidencia disponible sobre la grasa láctea no indica un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

“Esperamos que nuestros hallazgos y la evidencia existente sobre la grasa láctea ayuden a informar futuras recomendaciones dietéticas para la prevención de enfermedades relacionadas con el estilo de vida”.

El autor principal Dariush Mozaffarian, decano de la Escuela Friedman de Ciencia y Política de Nutrición de la Universidad de Tufts, dijo: “Aunque los productos lácteos se recomiendan como parte de una dieta saludable, las guías estadounidenses e internacionales generalmente recomiendan productos lácteos bajos en grasa o sin grasa debido a las preocupaciones sobre los efectos adversos de las calorías más altas o las grasas saturadas. Nuestros hallazgos, que miden los biomarcadores de los ácidos grasos consumidos en la grasa láctea, sugieren la necesidad de reexaminar los beneficios metabólicos potenciales de la grasa láctea o de los alimentos ricos en grasa láctea, como el queso”.

A pesar de las varias ventajas de evaluar los biomarcadores de ácidos grasos, los investigadores advierten que los resultados no pueden distinguir entre diferentes tipos de productos lácteos (por ejemplo, leche, queso, yogur, otros), que podrían tener efectos diferentes. Aunque se sabe que estos biomarcadores reflejan el consumo de grasa láctea, los niveles de los biomarcadores también pueden estar influenciados por otros factores conocidos o desconocidos o pueden no ser exclusivos de la ingesta de lácteos. Los datos de las poblaciones no blancas también fueron limitados, y los autores recomiendan que se realicen más investigaciones en poblaciones diversas en las que se consumen diferentes tipos de productos lácteos con diferentes métodos de preparación.

 

Traducido y adaptado de “Tuft now”, 16 de Octubre de 2018 (articulo original: https://now.tufts.edu/news-releases/markers-dairy-fat-consumption-linked-lower-risk-type-2-diabetes)

 

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