Juan Camilo Montes, director ejecutivo de la Cámara de la Industria de Alimentos de la ANDI, aseguró que el año pasado fue el peor en términos de producción, ventas y empleo en los últimos 15 años.
ALIMENTOS
"En términos agregados para toda la industria de alimentos que incluye categorías como lácteos y cárnicos, pero también galletería, aceites y demás, es el peor año que hemos tenido en quince años"

El 2024 ha sido un año muy difícil para la industria de alimentos en Colombia, con una caída en producción, ventas y empleo que no se veía en 15 años. La reducción del consumo de los hogares, sumada al impacto del impuesto saludable en los productos cárnicos, ha golpeado especialmente a los sectores de lácteos y carnes.

“Cuando comparamos con datos del DANE las 3 variables de producción, ventas y empleo, en términos agregados para toda la industria de alimentos que incluye categorías como lácteos y cárnicos, pero también galletería, aceites y demás, es el peor año que hemos tenido en quince años. O sea, cuando revisamos la producción y ventas, ha sido el peor año”, afirmó.

Según explicó, la principal causa ha sido la disminución en el consumo de los hogares debido a la crisis económica. Aunque hubo una leve mejora en octubre, noviembre y diciembre, no fue suficiente para recuperar todo el año.

El impacto en los lácteos y cárnicos

Dentro de la industria de alimentos, los sectores de lácteos y cárnicos han sido de los más afectados. En el caso de los productos cárnicos, la situación ha empeorado debido al impuesto saludable, que afecta especialmente a los embutidos y derivados cárnicos. Montes explicó que este impuesto subió del 15 % en 2023 al 20 % en 2024, lo que encareció estos productos y redujo su consumo.

“En lácteos, si bien ni leche ni los quesos tienen este impuesto, sí lo tienen los helados que tengan lácteos y algunas bebidas lácteas. En términos generales, el impacto en los hogares es gigantesco”, detalló el director ejecutivo de la Cámara de la Industria de Alimentos de la ANDI.

A su juicio, los productos que se pueden comprar en pequeñas cantidades, como el queso, suelen ser los más afectados porque las familias reducen su consumo en tiempos de crisis. Dado que no pueden reducir otros gastos ni comprarlos en fracciones, los alimentos son los primeros en verse afectados cuando hay menos dinero disponible en los hogares.

“Usted puede ir a la tienda de barrio y decirle ‘deme mil pesos de queso’, pero no puede ir a su proveedor de Internet y decirle ‘deme mil pesos de Internet’. Aquello que es fraccionado siempre tiene el gran reto, que es donde los hogares terminan corrigiendo”, ejemplificó.

¿Habrá recuperación en 2025?

A pesar de la difícil situación, Montes cree que sí es posible una recuperación en 2025 y 2026, pero solo si se logra controlar la inflación.

Esto significaría que, si los precios dejan de subir tan rápido y los hogares tienen más estabilidad económica, podrían aumentar nuevamente su consumo de alimentos, lo que ayudaría a recuperar las ventas en el sector de lácteos y cárnicos.

“Ya empezamos a ver que sí hay una recuperación del consumo, siempre y cuando seamos capaces como país de mantener control de la inflación”, manifestó.

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