5 mitos sobre la proteína en polvo — lo que dice la evidencia
La proteína en polvo suele ser objeto de múltiples creencias equivocadas. A continuación, se revisan cinco de los mitos más difundidos —y lo que sabemos realmente según la ciencia:
1. “Tomar proteína en polvo daña los riñones o el hígado”
No existe evidencia sólida de que, en personas sanas, una ingesta adecuada de proteína perjudique estos órganos. Estudios muestran que los riñones y el hígado pueden adaptarse sin problemas, siempre que haya buena hidratación y dieta equilibrada.
Sí conviene precaución en personas con enfermedades previas del riñón o hígado.
2. “La proteína en polvo es un producto artificial o poco saludable”
No necesariamente. Existen fórmulas elaboradas a partir de fuentes naturales —como suero de leche, guisante, arroz o soja— cuya calidad depende de la pureza y los ingredientes usados.
El problema está en los suplementos con aditivos innecesarios, exceso de azúcares o ingredientes de baja calidad.
Falso. La proteína es esencial para múltiples funciones del cuerpo: mantenimiento de tejidos, producción de enzimas y hormonas, salud ósea, entre otros.
Personas con dietas restringidas, con poco tiempo para cocinar, adultos mayores o quienes buscan completar su ingesta diaria también pueden beneficiarse.
4. “Con esto ya alcanza para cualquier dieta: no necesitas alimentos reales”
No. La proteína en polvo es un complemento, no un reemplazo de alimentos completos. Los alimentos naturales aportan nutrientes adicionales —vitaminas, minerales, fibra— que generalmente no están presentes en los suplementos.
Por eso, conviene usarla como ayuda puntual, no como base permanente de la alimentación.
5. “Más proteína siempre significa más músculo o mejores resultados”
No. El consumo de proteína debe ir acompañado de otros factores: actividad física —especialmente entrenamiento de fuerza—, calorías adecuadas y descanso.
Si no hay estos elementos, el exceso puede ser innecesario o contraproducente.
Qué tener en cuenta antes de usar proteína en polvo
La proteína en polvo puede ser un aliado válido para quienes necesitan completar su ingesta proteica —por ritmo de vida, dieta restrictiva o demandas especiales— siempre que se use con criterio. No es peligrosa per se, ni mágica. Lo más importante sigue siendo una dieta equilibrada, variada y acorde a tus necesidades personales.
Fuente: Diario del Yaqui
