La concentración de la producción lechera es cada vez más evidente en Uruguay. El 90% de la leche remitida proviene del 36% de los tambos, con fuerte crecimiento o nueva incorporación al sistema.
En contraste, el 40% muestra baja productividad y tiende a desaparecer, señaló la responsable del área de Información y Análisis Económico del Instituto Nacional de la Leche (Inale), Ana Pedemonte.
En una presentación realizada durante el reciente Foro Inale 2025, Pedemonte indicó que entre 2015 y 2024 el número de tambos remitentes cayó 28%, aunque la producción total de leche se mantuvo estable, gracias al aumento de la productividad por vaca y por hectárea.
Destacó que, a escala internacional, en los últimos años Uruguay perdió competitividad en costos de producción respecto a Nueva Zelanda y Estados Unidos, debido a aumentos de costos internos y efectos de la sequía.
El estudio incluyó 13 investigaciones de sistemas intensivos que mostraron que, con mayor consumo de pasto y mejor gestión, se pueden reducir los costos unitarios (US$ 0,28 por litro versus US$ 0,32 por litro del promedio nacional) y aumentar la rentabilidad.
Además de los aspectos económicos, la intensificación sostenible puede mejorar el balance ambiental (nutrientes y emisiones), así como generar bienestar social (mejores ingresos, condiciones laborales y capacitación).La intensificación aparece como una estrategia clave para sostener y mejorar la competitividad de la lechería uruguaya en un contexto de transformación productiva.