Se calcula que cada tres días un productor lechero se va del campo, deja todo por lo que trabajó y se muda a la ciudad, contó a ECOS el integrante de la Asociación de Productores de Leche (ANPL), Wilson Cabrera. A esta situación también hay que sumarle la cantidad de empleados que quedan por el camino cuando los medianos y grandes productores deciden dar un paso al costado.
Hace tres años prácticamente que el sector lechero no levanta cabeza. “Si bien en 2017 habíamos tenido una mejora, en 2018 volvimos a caer. Disminuyeron los precios internacionales, aumentaron los concentrados y el costo país es cada vez más caro. Todo eso influye para que el negocio del tambo no sea rentable”, describió Cabrera.
Esta situación hizo que representantes del sector trasmitieran su preocupación a las autoridades del gobierno y que, incluso, mantuvieran una reunión con el presidente Tabaré Vázquez los últimos días de diciembre del año pasado.
Este 2018, comenzó con una reunión con el subsecretario del Ministerio de Economía, Pablo Ferreri y los integrantes del sector que concurrieron se mostraron conformes con los avances alcanzados.
Durante el encuentro, Ferreri presentó una propuesta con una batería de medidas que buscan paliar las dificultades del sector lechero. Por un lado, comunicó la voluntad del gobierno de extender por un año más la exoneración del IVA al gasoil para los productores que tributan el impuesto a la enajenación de bienes agropecuarios (Imeba).
Por otro lado, planteó que al descuento general aplicado a la tarifa eléctrica para la industria, en el caso de las pequeñas y medianas empresas, se sumará un 20% más.
“Creo que ahora estamos encaminados hacia la mejora de la situación”, dijo Cabrera. El representante de la ANLP destacó “la voluntad del equipo económico de trabajar por la lechería”.
A su vez, aseguró: “La relación con el Poder Ejecutivo cambió totalmente desde aquel día que al ministro de Ganadería (Enzo Benech) prácticamente lo único que le faltó fue que nos corriera del edificio”. Desde aquella última reunión del 28 de diciembre con Vázquez “ya cambió la forma de actuar, de hablar y de proponer”, acotó.
Para Cabrera lo que se modificó en ese tiempo fue que “la gente se convenció” de la realidad que atravesaba el sector. “Creo que llegó el momento de ponerle cabeza a esto para ver si lo podemos revertir”, afirmó.
Ahora, las partes acordaron convocarse en un plazo máximo de 15 días, tiempo que se dieron para analizar las propuestas que fueron presentadas de un lado y del otro para llegar a una solución.
Sobre las propuestas que plantearon al gobierno, Cabrera se limitó a decir que no las harán públicas ya que no quieren “crear falsas expectativas” hasta que no esté todo arreglado. “Hay que llegar hacia el objetivo y para lograrlo todavía tenemos unos días”, concluyó.