La pérdida de diez granjas lácteas al año en el territorio aragonés da cuenta de la situación del sector, que reclama mejores precios.
Los ganaderos de vacuno de leche llevaban años reivindicando la obligación de ofrecer información sobre el origen en el etiquetado de la leche.Heraldo.es

Tres granjas lácteas echaron el cierre cada día en España durante el año pasado. Según los datos publicados por el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), un organismo autónomo, adscrito al ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, quedan en España 13.630 ganaderos produciendo leche de vaca, lejos de los 14.439 que empezaron el año en el sector, lo que supone una pérdida de 809 granjas. La situación no es nueva, ya que en los últimos tres años se han perdido 2.651 ganaderías lácteas. Tampoco el panorama es diferente en Aragón, que pierde diez granjas al año de media. En la actualidad quedan 53, cuando antes se rondaba el centenar.

“Este goteo acuciante no parece que vaya a tener fin”, asegura José Manuel Roche, secretario general de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UPA). “El aumento constante de los costes de producción unido a que los precios se mantienen congelados a la baja –explica-, hace que las ganaderías lácteas familiares, las más pequeñas, estén condenadas a desaparecer en Aragón. Esta situación es insostenible y muchos no esperarán ni a la jubilación, cerrarán antes”.

Durante el pasado año, el precio en origen se mantuvo en 0,322 euros/litro, lo que significa que creció medio céntimo en comparación con 2017, cuando el precio medio fue de 0,319. “Los ganaderos necesitan un margen de beneficios para poder subsistir y, para ello, se les debe pagar mejor”, explica Roche. Y es que cada cierre de una granja no solo supone destrucción de empleo, sino un abandono de las zonas rurales y un agravamiento del problema del despoblamiento que sufre España. “Perder las ganaderías familiares es perder población, juegan un papel primordial para fijar a la población en las zonas rurales”.

Asimismo, Roche señala que serán las grandes ganaderías las que consigan sobrevivir. Cuenta de ello es que la producción en Aragón ha aumentado un 3,41% pese a la reducción de granjas. Además resulta un dato muy superior al conseguido en el conjunto del país que se quedó con un auge del 1%. “El drama se centra en las pequeñas explotaciones y estas desaparecerán en los próximos cinco años”.

El problema de los precios no es un caso exclusivo de España, donde estos se encuentran un 10% por debajo del precio medio en la Unión Europea. Reino Unido, Rumanía o Bulgaria son otros de los estados donde estos se encuentran por debajo. A la lista de países donde los precios están mermando se ha unido Italia, que a pesar de seguir situándose por encima de la media europea, sus precios han caído con fuerza en el último año. Un descenso, sobre todo acuciante en la leche ovina, que ha provocado numerosas protestas de los pastores que han derramado cisternas enteras de leche y han bloqueado con camiones algunas carreteras.

Llamamiento a los consumidores

El pasado 21 de septiembre, el Consejo de Ministros aprobó que a partir del 1 de enero de 2019 sería obligatorio incluir la indicación del origen de la leche en el etiquetado de los productos lácteos. “Para que esto se refleje en los precios de origen, los consumidores deben leer bien el etiquetado y discernir entre envasado o producido en España, ya que a veces damos por hecho que algunas marcas reconocidas venden leche que se produce aquí”, apunta Roche, que hace un llamamiento a los consumidores para que apoyen a las zonas rurales comprando y consumiendo lácteos con origen España.

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