México es el país que más leche en polvo importa a nivel mundial.
Esta posición la ha peleado en los últimos años con China, que tienen una población 10 veces superior a la de México, y con quien ha intercambiado el segundo puesto en algunas ocasiones.
Según el último reporte del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), como referencia para el ranking, las importaciones de leche en polvo, que realizó México en 2017, representaron 11.2 por ciento del total importado en el mundo, mientras que la participación del país asiático fue de 8.4 por ciento del total.
La cantidad de leche en polvo que entra al País ha incrementado año con año hasta llegar a duplicarse en la última década.
Cifras nacionales destacan que, de 2008 a 2018, el volumen de leche en polvo que el país compró en el exterior tuvo un incremento de más de 100 por ciento, al ubicarse en 362 mil 780 toneladas, al cierre del año pasado.
Actualmente, el total de lácteos importados por México, donde la leche en polvo es el producto principal, representa 30 por ciento del consumo nacional aparente, según la Cámara Nacional de Industriales de la Leche (Canilec).
La principal empresa importadora de leche en polvo en México es Liconsa.
René Fonseca, director general de la Cámara, explicó que una de las principales razones por las que México importa tanta leche en polvo se debe a que la producción nacional registra un ritmo de crecimiento promedio anual de entre 1.3 y 1.5 por ciento, mientras que el consumo total sube entre 2 y 2.5 por ciento, impulsado por el ritmo de crecimiento de la población.
Si bien la producción nacional de leche fresca logra abastecer la demanda del mercado nacional, no alcanza a cubrir las necesidades de la industria transformadora, que es la que utiliza la mayoría de la leche importada.
Es decir, la mayor parte de la leche en polvo se usa como materia prima para producir otros alimentos e incluso productos como medicamentos, detalló Fonseca.
De acuerdo con datos de la Canilec, se estima que 70 por ciento de la leche en polvo importada se va para la industria procesadora de lácteos, y el resto se utiliza en la industria panificadora, chocolatera y otras industrias alimentarias.
“Pero además de eso, si estamos enviando al exterior (quesos, mantequillas, fórmulas infantiles y otros productos) pues también se abre un espacio mayor de la necesidad de proveeduría”, comentó Fonseca.
En total, el valor de las compras de leche en polvo realizadas por las empresas importadoras, en 2018, fue de 695 millones 392 mil dólares, y de acuerdo con el SIAP, 9 de cada 10 toneladas que se importan proceden de Estados Unidos.
En EU se ubica la empresa Dairy Farmers of America, una de las cooperativas que le vende los sacos de leche en polvo a México.
El resto del producto proviene de países como Polonia, Canadá, Nueva Zelanda y Alemania.