Aunque el 2018 no resultó un gran año para muchas compañías de alimentos por factores como la caída de la confianza del consumidor, la expectativa de una nueva reforma tributaria y la polarización política, las cifras de la empresa de productos lácteos Alpina resultaron sustancialmente mejores que las obtenidas un año atrás.
De acuerdo con el informe que presentó a la asamblea de accionistas el presidente de Alpina, Ernesto Fajardo, el año pasado las ventas alcanzaron $1,8 billones y crecieron 2,1% frente al año inmediatamente anterior. En 2017, la empresa había reportado un crecimiento en ventas del 0,5%, en medio de una economía en desaceleración.
Los resultados para la compañía fueron mucho más positivos en términos de Ebitda y crecimiento de la utilidad. En el primer caso, el Ebitda de la compañía totalizó $258.061 millones, con un margen del 14,1%, una cifra muy positiva para una compañía de productos lácteos, explicó Fajardo.
En materia de utilidad neta, esta cifra llegó el año pasado a $85.630 millones, y tuvo un crecimiento del 5,5%, con un margen neto de 4,7%. Por otra parte, las exportaciones de la compañía de alimentos alcanzaron el año pasado unos $3.600 millones, y registraron un crecimiento del 37%.
Fajardo destacó que estos buenos resultados se lograron en un año en que el tema climático y varios factores de la economía nacional fueron adversos. Además, la compañía registró el año pasado un crecimiento importante en los gastos, debido a la ejecución de un ambicioso proyecto estratégico de transformación digital, que apalancará el crecimiento futuro de la compañía.
Las inversiones en este tema se mantendrán durante este año. En este sentido, el directivo anticipó que en 2019 se invertirán $90.000 millones en modernización de plantas y en continuar con el proyecto de transformación digital. Estas inversiones le permitirán a la compañía alinearse mucho más con las nuevas necesidades de los consumidores, mejorar la logística para llegar a los clientes y optimizar los recursos.
Para el presidente de Alpina, las inversiones del año pasado jugaron un papel fundamental en los resultados ya que los consumidores aprecian la dinámica que mantiene la compañía en temas de innovación. En este sentido, los mayores rubros se destinaron el año pasado para iniciar la producción en Antioquia, en la fábrica de Entrerrios, del nuevo producto ‘Quesito Alpina’ que ha sobrepasado las metas que se había fijado la empresa y ha logrado una gran aceptación entre los consumidores de todas las regiones.
Otra de las inversiones importantes fue la que se realizó en la línea de Bon Yurt, que sigue siendo uno de los productos insignias de la compañía y finalmente, invirtieron más de $80.000 millones en una nueva plataforma para llevar buena parte de los procesos administrativos de la compañía.
Este año la compañía tiene nuevos desafíos en materia de lanzamientos, y según Fajardo, su foco estará en buscar nuevas oportunidades de desarrollar productos nutritivos, que complementen el portafolio de la compañía y puedan llegar a otras ocasiones de consumo de los colombianos. No descarta que al igual que en 2017, se consolide la compra de una compañía que le permita agregar valor a la oferta actual. Ese año adquirió a la compañía Don Maíz, especializada en la producción de arepas, con la que ha logrado sinergias importantes que se ven reflejadas en el crecimiento del 11,2% en las ventas netas.
Frente a 2019, Fajardo se mostró optimista ya que en los dos primeros meses del año el comportamiento de las ventas resultó mucho más positivo que en igual periodo del año pasado. Sin embargo, expresó su preocupación por factores como las protestas de maestros, las protestas contra las modificaciones a la ley estatutaria de la JEP y las movilizaciones de comunidades indígenas en el Cauca, que podrían comenzar a afectar de nuevo la confianza del consumidor.