El porcentaje se mantiene casi inalterado desde hace un año. Federico Priotti, del área de control provincial, indicó que en muchos casos más que inversiones hace falta un cambio cultural.
Federico Priotti, director general de Control de la Industria Alimenticia de Córdoba. · Crédito: Gentileza: Agroempresario.com

A pesar que desde el año pasado Nación y Provincia vienen desarrollando trabajos en conjunto para que las plantas lácteas elaboren sus productos con las condiciones higiénico–sanitarias necesarias para asegurar la inocuidad de los alimentos, alrededor del 25 por ciento continúa sus actividades de manera irregular.

La información la brindó Federico Priotti, director general de Control de la Industria Alimenticia de Córdoba, quien destacó que el escenario económico ralentiza las inversiones necesarias aunque, en muchos casos, se trata de cuestiones más vinculadas con la forma de trabajo. Si no logran revertir los problemas edilicios o de mantenimiento, el funcionario indicó que el último camino es el cese preventivo.

“Los números del año pasado se pueden haber reducido un poco, del 30 al 25 por ciento, en lo que respecta a informalidad. Venimos siguiendo establecimientos, en algunos hemos visto mejoras y en otros estamos enviando cartas documentos para intimar, porque si no avanzan hay que hacer un cese preventivo de actividades”, comentó Priotti a PUNTAL VILLA MARIA.

El titular de la repartición provincial expresó que el contexto no ayuda a la regularización, pero que eso no implica un cambio en la política.

“Continuamos haciendo visitas junto a funcionarios del Registro Único de Control Agroalimentario (RUCA), trabajando en los cronogramas de mejoras. Vamos a las plantas, hacemos una auditoría, les indicamos que falta y después la empresa nos tiene que presentar el plan de trabajo. En la actualidad a veces nos piden más tiempo para conseguir los fondos necesarios para hacer esas mejoras, que por ahí se trata de la construcción de un nuevo piso o revestir paredes”, señaló.

El funcionario contó que cuando no se registran avances significativos, aunque a veces no se trate de falencias edilicias sino de mantenimiento, el organismo debe intervenir y en algunas plantas se generan situaciones conflictivas.

“Como organismo de control nosotros tenemos contemplaciones, siempre y cuando no corra riesgo la salud. El pasado viernes nos tocó vivir una situación un poco violenta, pero nosotros debemos seguir y lamentablemente intimar para que cumplan. De cada 10 empresas, 6 o 7 tienen vocación de dialogo. Con las otras estamos avanzando en medidas más profundas”.

Cuando se dan esas situaciones, afirmó que se busca “construir diálogo y que vayan haciendo las cuestiones más urgentes para ponerse en regla. Las que intimamos todavía están dentro de los plazos establecidos, aunque en muchas aún no tuvimos respuesta. También a veces se dan otras situaciones; nos ha pasado que no responden una notificación por desconocimiento, pero internamente hacen las mejoras. Cuando no actúan, como ocurrió el año pasado, tuvimos que prohibir la elaboración hasta ver las mejoras”.

Justamente para que las plantas más díscolas vayan regularizando su situación Priotti recalcó que dialogan con los intendentes de las localidades en donde se emplazan las plantas lácteas, con la finalidad de buscar el acompañamiento y no llegar al cese de actividades.

“Nuestra competencia es cuidar la inocuidad de los alimentos, pero a la vez nos encontramos con una realidad social muy delicada. El objetivo en sí es que la gente haga las adecuaciones que creemos necesarias de acuerdo a la legislación vigente para cuidar los alimentos. De todas maneras notamos que desde que iniciamos el trabajo con el RUCA muchas empezaron los trámites”.

En ese sentido añadió: “Damos un plazo y si cuando vamos se subsanó parcialmente el problema, le otorgamos más tiempo. Nos interesa meterlas dentro del sistema, por lo menos en lo que hace a nuestra competencia. En muchas empresa hay cuestiones de informalidad, lo que genera competencia desleal ya sea porque no pagan impuestos o por empleados; pero nosotros vamos por el lado de la inocuidad y que estén en los registros”, subrayó.

Por otra parte, indicó que el Concurso Provincial de Quesos, que lanzó recientemente en Villa María el ministro de Agricultura, Sergio Busso, junto a entidades sectoriales, motivará a las empresas para concretar los procesos de mejoras pendientes, ya que en caso contrario no podrán participar.

Problemas

La falta de mantenimiento general de la planta es uno de los problemas que más se observan en las visitan que realizan los inspectores del área provincial.

“Falta de orden y limpieza es lo que más se ve y eso demanda muy baja inversión, ya que requiere fundamentalmente horas hombre. Es el principal punto. También notamos que a veces no se usa el filtro sanitario, que se tiene como finalidad limpiar calzados y manos cuando alguien entra y sale de planta. Como hay que dar toda una vuelta a veces abren una puerta al costado. O falta poner rollo de papel y jabón en los baños. Son cosas que requieren un cambio cultural más que inversión. Después hay temas de tipo edilicio, como pisos rotos que se llenan de agua y demás”.

Para avanzar en las cuestiones que se relacionan más con la forma de trabajo que con estructuras, el año pasado se implementó un carnet para manipuladores de alimentos.

Para obtenerlo el operario tiene que realizar un curso de 7 horas y una evaluación de 15 preguntas. Si no lo aprueba debe hacer un recuperatorio o incluso asistir nuevamente al curso.

“Lo estamos llevando adelante en acuerdo y cooperación con los municipios. Ya hay como 15 municipios que firmaron y unos 400 carnet entregados desde octubre. Esto sirve para mejorar la parte de procesos. También estamos trabajando con el INTI. Hicimos un relevamiento de 9 industrias lácteas del departamento Unión para realizar una prueba piloto. Nosotros vamos por la inocuidad y ellos agregan procesos y organización de las plantas para ganar eficiencia. La idea fue acompañar con políticas para mejorar”.

Relevamiento

Por la histórica informalidad que existe en Argentina, determinar la cantidad de empresas lácteas nunca fue una tarea sencilla. Tiempo atrás el Gobierno nacional inició un relevamiento y el RUCA registró 195 plantas.

Ante la provincia 230 industrias realizaron trámites en alguna oportunidad, aunque se descarta que muchas de ellas han cerrado. Actualmente estiman que existirían unas 200, de las cuales 150 están registradas.

“Con la movida que hicimos el año pasado muchas iniciaron los trámites y ahora estamos dando esa vuelta, con auditorías y esperando la devolución. Tengo 5 carpetas de empresas a las que se les vencen en poco tiempo los plazos. Debemos volver para analizar los resultados y, si no son positivos, seguir por la vía legal”.

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