La compañía láctea con amplia presencia en Chile y controlada por la neozelandesa Fonterra, Soprole, ha estado en el ojo del huracán en el último año.
Ha sido objeto de campañas en redes sociales que indican que algunos de sus productos son elaborados con leche reconstituida, por lo que algunos consumidores han llamado a preferir a empresas de socios nacionales, como Colún. Desde Fonterra reconocieron hace algunos días que esto afectó a su negocio.
El hito más reciente fue el rumor de venta que se esparció en los últimos días, dado el plan de desprendimiento de activos que está acometiendo su matriz en otros países.
Este medio le hizo llegar a la compañía inquietudes respecto a la posible venta, sumado a otras ocho temáticas o consultas de temas contingentes. Frente a lo anterior, la gerenta general de Soprole, Valeria Flen, se remitió a entregar sus respuestas sobre cuatro aspectos.
Alegan que existe una campaña de desinformación
Lo primero que enfatiza la ejecutiva es que “la compañía está lejos de estar en crisis” y detalla que al término de 2018 Soprole “es el líder de la categoría lácteos en el mercado a consumidor, con un 31% de participación de mercado, medido tanto en volumen como en valor”. Puntualiza que “el mercado de la leche líquida larga vida (UHT), estuvo marcado por campañas de desinformación, que a nuestro juicio afectaron la categoría”.
Precisamente, en referencia a la leche larga vida, expresa que hubo “una campaña de desinformación que afectó al mercado lácteo nacional el año pasado, respecto al origen y calidad de los productos, lo cual terminó por poner en duda la calidad de los mismos. Fue una campaña que fundamentalmente dañó la percepción de los consumidores chilenos respecto de la leche larga vida, a quienes se les hizo creer una serie de falsedades”.
Flen destaca que hace unos días la Organización de Consumidores (Odecu) dio a conocer un estudio donde “desmienten la campaña en redes sociales del año pasado” y detalla que en dicho documento “se deja claro que no existen diferencias de leches entre las distintas empresas, tanto en su calidad como composición nutricional”. Enfatiza que la campaña fue “dañina para todas las marcas, porque afectó a la categoría en su conjunto, lo cual nos parece extremadamente negativo”.
Para la principal ejecutiva de la compañía el aprendizaje más importante de este episodio es “mantener a los consumidores cada vez más informados”.
Posible salvaguardia
Soprole también ha acusado recibo de “fuego amigo”, dado que en el último tiempo el gremio de productores lecheros, Fedeleche, solicitó a la Comisión de Distorsiones que esta aplique una salvaguardia o un impuesto adicional a productos importados ante la creciente importación de productos lácteos que afectarían a la producción nacional, que sería de al menos un 30% en leches en polvo entera y descremada y de 27% en quesos gouda.
Ante esto, Soprole se defiende indicando que si bien es una firma de capitales extranjeros, son “una marca chilena, es una empresa chilena en la que trabajan más de 1.000 chilenos y que opera con 250 productores chilenos de leche, lo que en definitiva beneficia a miles de familias chilenas. Y en estos 70 años conocemos muy bien los gustos de los chilenos, quienes nos han permitido mantener siempre una posición de liderazgo en la industria”.
Por lo anterior, dicen tener la convicción de que “un mercado abierto al comercio exterior, desafía la competencia, favorece al consumidor y contribuye a la eficiencia las cadenas productivas”.
Hacia futuro, en la empresa láctea puntualizan que “en 2019 veremos los frutos del cambio de nuestra estructura organizacional, donde se crearon las nuevas gerencias de Sustentabilidad y Transformación Digital”. Flen explica que la primera busca centralizar en una sola área la generación e innovación de procesos de corto, mediano y largo plazo que consideren el uso eficiente de los recursos naturales y protección al medio ambiente en cada uno de nuestros procesos.
En tanto, la gerencia de Transformación Digital identificará las oportunidades de negocio que puedan generar valor a la compañía, los clientes y los consumidores, a través del uso y desarrollo de nuevas tecnologías aplicadas a procesos y nuevas oportunidades de crecimiento.
Finalmente, la gerenta revela que este año también trabajarán en eficiencia industrial, “para lo cual hemos implementado una de las mejores prácticas mundiales aplicadas en procesos productivos, el “IWS” (Integrated Work System)”, remata.
Resultados más débiles
La empresa informa que sus ventas a consumidores locales aumentaron 3,9% en 2018 respecto a 2017. Sin embargo, reconocen que las ventas totales consolidadas de $443.827 millones significaron una disminución de 1,9% versus el ejercicio anterior, lo que justifican en las menores ventas de la filial Prolesur en el canal exportaciones y ventas gubernamentales, originado por una menor recepción de leche de esta filial en el sur de Chile.
Con todo, la ganancia neta después de impuestos de la compañía en 2018 fue de $25.410,8 millones que se compara con $30.320,8 millones del año anterior, es decir, un 16,2% menos.
Valeria Flen destaca que la actividad del año pasado se caracterizó por “un aumento de la intensidad competitiva en todas las categorías en las que participamos”. Ejemplifica que en el mercado de los quesos hubo un fuerte aumento en el ingreso de terceros agentes importadores/distribuidores, “lo que efectivamente impactó los márgenes, con un relevante beneficio a los consumidores, lo que se tradujo en un aumento importante del consumo de queso en Chile”, reconoce.