Esta semana debutaron en las góndolas algunos de los 64 artículos que componen los “productos esenciales”, con los cuales el Gobierno renovó el programa Precios Cuidados
Más allá de la polémica acerca de si se trata de una medida de coyuntura o una estrategia de largo plazo, el plan goza de gran aceptación entre los consumidores. Al menos, asi lo aseguran especialistas en consumo y marketing. Sin embargo, subirse a él como estrategia de posicionamiento para las marcas, si bien ofrece beneficios, también puede ser una estrategia que conlleva riesgos
“La cadena industrial y comercial tuvo que adaptarse a un nuevo modelo de negocios, en el que los productos identificados con el cartel del programa ganan cada vez más participación”, advierte Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market. Para él, la representatividad de Precios Cuidados es muy alta: “Siete de cada 10 familias argentinas compraron al menos una vez un ítem de este programa, que se convirtió en una marca en sí misma
Pese a que, en su momento, los Precios Cuidados fueron recibidos con cierto escepticismo por parte del sector empresario, hoy, a un lustro de su lanzamiento, se trata de un programa popular, en el que muchas compañías quieren estar presentes.
Es que en medio de la tensión social por la suba de la inflación, los expertos señalan que<strong> es una buena política para llegar a la gente y una forma de estimular el consumo deprimido. “En un contexto como el actual, el alto reconocimiento de programas como el de Productos Esenciales significa la posibilidad de lograr una mayor cercanía con el público comprador.
Habla ‘bien’ que las marcas ‘banquen a los argentinos en una época de crisis, afirma Rocío Restaino, head of Brand Strategy de la consultora de marcas Interbrand. Di Pace agrega que, en un contexto recesivo, es importante que no caiga la participación de mercado. “Al resguardar el bolsillo del consumidor, sigue estando presente dentro del conjunto elegido por la sociedad”, explica