Si el cierre de tambos sigue al mismo ritmo que tuvo durante el primer tramo de 2019, en cinco años no habrá más productores familiares, según se desprende de un análisis realizado por directivos de la Asociación Nacional de Productores de Leche (ANPL).
Walter Frisch, presidente de una de las principales gremiales del sector lechero, explicó a El Observador que en el primer trimestre de 2019 “bajó las cortinas” un tambo cada 42 horas, considerando las altas y bajas de matrículas en Conaprole y datos procedentes del cumplimiento de las obligaciones con el Fondo Lechero.
Hubo, entonces, un promedio de 24 cierres por mes, lo que se puede proyectar a 288 tambos al año y a 1.440 en un lustro, detalló.
“De no revertirse eso en cinco años podría dejar de existir un segmento de alto valor para la lechería del país, el de los productores familiares de leche”, indicó el productor y directivo gremial.
Más de 500 matrículas de las 1.800 de Conaprole durante mayo tuvieron “números en rojo, es decir saldo deudor, con más para pagar que lo que generaron para cobrar por sus remisiones”, agregó.
Informó luego que “de 2.700 tambos que había cuando se inició el tercer Fondo Lechero (en 2015) al 30 de abril de este año quedaban ya 2.394”, en un escenario en el que se concentra la producción, con relativa estabilidad en el número de vacas en ordeñe y volúmenes productivos, no obstante últimamente se apreció una mayor participación de vacas lecheras en la faena: una parte de las vacas del tambo que cierra pasa a tambos más grandes y otra parte va al frigorífico.
Eso “es lamentable y da para repensar en forma urgente como país qué lechería queremos, si vamos a cuidar esa matríz agroexportadora que hizo que Conaprole, una empresa uruguaya y cooperativa, lleve 14 años ganando el premio a la mayor firma agroexportadora”, remarcó.
Frisch pidió adoptar medidas que eviten que en Uruguay suceda lo que ocurrió recientemente en México, donde las cooperativas dejaron de existir, la industrialización se concentró en compañías multinacionales y hubo una “falta de autoabastecimiento que castigó al consumidor”, que debió ir pagando cada vez más por el producto.
Sobre las soluciones, entiende que la crisis no se supera exclusivamente con una mejora de precio, no se arregla si pasa de US$ 0,29 a US$ 0,31 o US$ 0,32 por litro, algo que podría suceder pues que se esperan mejores valores en el mercado internacional desde agosto. Los precios internacionales “no son malos”, pero “ninguna industria resiste pagar lo que se precisaría para que la solución pase solo por mejorar el precio de la materia prima”.
Por algo, puntualizó, no hay puja entre las industrias para captar más remisión mediante un mejor pago.
“Todo el sector padece costos altísimos y lo sentimos sobre todo los productores, todo sistema está muy caro más que nada por los costos energéticos, del combustible y la energía eléctrica”, explicó.
En ese marco, hay medidas que se necesitan con la máxima celeridad, como gestionar el pago de la deuda que Venezuela tiene con Conaprole –US$ 30 millones– y que el Estado genere herramientas que permitan a los productores acceder a dineros que no son créditos, que están siendo generados por el pago de la leche que hace el consumidor, equivalentes a $ 1,30 por litro.
“Sentimos que trabajando cada vez más los productores nos estamos fundiendo”, lamentó.
Frisch dijo que la situación es muy adversa en los tambos, pero también en las industrias, con una constante baja de compañías que comenzó hace cinco años con la salida inicialmente de firmas de capitales extranjeros –no bien comenzaron a percibir que los costos para producir no podían cubrirse–, en tanto algunas de las nacionales también “bajaron las cortinas” y otras subsisten, pero sin que todas muestren posiciones firmes, excepto Conaprole.
Finalmente, lamentó que todo esté orientado a un Uruguay sin tambos familiares, con pocos tambos enormes y de capitales extranjeros, por lo cual incluso se cuestiona los esfuerzos de capacitación que se realizan en la Universidad Tecnológica del Uruguay y del Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional.