Colanta 55 años, de los 43 que se ha consolidado en un mercado competente desde leche pasteurizada, yogures, quesito, almacenes pecuarios, venta de carnes y línea de helados que pega con fuerza porque, sabe más. Colanta 55 años, no puede pasar desapercibido un cumpleaños, tan importante, en especial por todo lo que se aprende de lo que fue su gerente.
En los 55 años de Colanta, aprendimos que un proyecto por bueno que sea, debe ir de la mano de la política y de la iglesia. Así de esa manera se fue consolidando la mayor parte de prerrogativas que se necesitaba en sus comienzos. Con los años se fue convirtiendo en un paisaje natural y no se podía desligar de lo que por años había utilizado. Aprendimos de pactos políticos y de acuerdos programáticos para apoyar presidentes, gobernadores y de los que llegarán al Capitolio nacional.
Aprendimos de Colanta, que había que ser almacenista para luego ser alcalde, si se quería llegar a ser diputado, se debía dar a conocer en alguna campaña para la Gobernación y pasar los filtros de confianza de quienes rodeaban al doctor Jenaro. Aprendimos que para ser concejal de uno de los pueblos, -donde se tiene planta procesadora-, debe procurar por omitir el tema y pasar de agache cuando se presente un acuerdo: pagar impuestos. Aprendimos de hacer “lobby” de concejal de Medellín y sin asistir a sesiones, todo favorecía si llegaba con las anchetas.
En los 55 años de Colanta, aprendimos 43 años seguidos de la manera inteligente y habilidosa de su gerente Jenaro Pérez. Aprendimos que fue amigo leal de sus amigos y que muchos de los que tanto apoyó y crecieron a su lado, traicionaron su legado. Tema que de seguro dará para otros escritos. Aprendimos mucho de Colanta 55 años.