Además de operar en el Global Dairy Trade, de Chicago, valora iniciar pujas en el European Energy Exchange el año que viene.
Nueva Zelanda es un país que produce 21 millones anuales de toneladas de leche, y exporta más del 95 %, principalmente a China, Japón, Estados Unidos y la UE. En ese lejano territorio, en nuestras antípodas, se encuentra Fonterra, una sociedad que aglutina a nueve de cada diez productores de su país. Se trata de la cooperativa láctea líder en comercio internacional, propiedad de diez mil productores y que genera 50.000 empleos. En la actualidad, es el principal exportador mundial de leche y derivados. Produce y procesa en Australia, China y Chile, ha tejido alianzas con las principales lácteas para posicionarse en los grandes mercados del mundo y su principal fortaleza es que, a nivel mundial, son los principales proveedores de materia prima para las grandes industrias, como Nestlé, Lactalis o Danone. Fonterra produce el 49 % de toda la leche en polvo entera del mundo y genera unos ingresos que superan los 12.000 millones de euros.
La cooperativa está valorando iniciar un modelo de pujas europeas el año que viene Esta industria neozelandesa es la que opera el Global Dairy Trade, en Chicago, el mecanismo de compraventa internacional creado por ellos mismos y que cuenta con 500 licitadores de 80 países. Fonterra y el mercado de futuros European Energy Exchange (EEE) también están valorando ahora iniciar un sistema de pujas europeas a partir del año que viene, dado el enorme peso del sector y las producciones que manejan países como Irlanda, Dinamarca, Holanda, Alemania, Francia o España.
«Fonterra es una cooperativa que suministra a los mercados mundiales, y de ahí su enorme importancia; la UE produce más que Nueva Zelanda, y también Estados Unidos, pero sus mercados internos consumen mucho más», explica Higinio Mougán, gerente de Agaca. Y agrega: «Al ser la empresa de mayor volumen es la que termina marcando tendencia en los mercados, de ahí las subastas». Fonterra agrupa al 90 % de los productores neozelandeses. En ese país hay un modelo de producción intensivo, donde la alimentación del ganado depende mucho menos de los piensos y más de los pastos.
«Un ano de seca en Nueva Zelanda fai que un gandeiro de Santa Comba cobre máis polo leite» Esto hace que la producción de Nueva Zelanda esté mucho más sujeta a los vaivenes del cambio climático, y que un año de mayor sequía se traduzca en menos volumen de exportación y, en consecuencia, haya déficit de materia prima y suban los precios en Europa. «Isto o que fai é que se estornuda Nueva Zelanda acatárrase o resto do mundo, e que un ano de seca alí faga que gandeiro de Santa Comba cobre máis polo seu leite», precisa Edelmiro López, profesor de la Universidad de Santiago (USC). También sucede al contrario, a mayor producción neozelandesa, mayor materia prima a nivel mundial, lo que se traduce en excedentes y, en consecuencia, precios en origen a la baja. Así ha sucedido ya en la última década con los cotizaciones de los productores gallegos, y también franceses y alemanes. «Están a marcar a cotización mundial, por volumen de materia prima no mundo, sobre todo leite en pó e manteiga», puntualiza Javier Iglesias, responsable de Ganadería de Unións Agrarias.
El ránking The Global Dairy Top 20, elaborado por la multinacional holandesa Rabobank, sitúa como las tres primeras industrias lácteas del mundo a Nestlé, Lactalis y Danone con ingresos, respectivamente, de 21.400, 17.700 y 15. 500 millones de euros. La lista de las cinco mayores lácteas a nivel mundial la completan dos cooperativas: la estadounidenese Dairy Farmers of América y Fonterra, con 13.000 y 12.100 millones en ventas.
Fonterra no sería así la cooperativa láctea más grande del mundo, pero sí la que más exporta y, en consecuencia, la que más condiciona el mercado a nivel mundial. En Nueva Zelanda está previsto una desaceleración en el crecimiento de producción de leche tanto en el 2019 como en el 2020 por una mayor competencia de los usos de la tierra para otras actividades, lo que no hace prever tensiones en la cotizaciones a nivel mundial. Las importaciones de productos lácteos están creciendo en China a un ritmo de dos dígitos. Y eso hace que absorba mucho excedente. Hasta ahora se ha ido abasteciendo del mercado australiano y neozelandés, pero la leche europea es cada vez más apreciada. Y de ahí también la apuesta de la gallega Clun por entrar en ese mercado.