La gigante alimenticia hará la emisión de títulos en las próximas semanas. Busca beneficiarse de la baja de tasas globales tras los anuncios de la Fed. Tiene una deuda que supera los u$s890 millones.
Espaldas. Según la calificadora Fix, Arcor tiene "resiliencia" a la crisis.

La gigante alimenticia argentina, Arcor, anunció esta semana a la Comisión Nacional de Valores que está avanzando en su plan para lanzar al mercado local Obligaciones Negociables (ON) por un total de $2.000 millones. La empresa busca de esta manera obtener fondos que serían utilizados en primera medida para cumplir con vencimientos de deuda que debe encarar en el corto plazo y en una segunda etapa como capital de trabajo.

La compañía, que tiene su base de operaciones en la localidad de Arroyito, Córdoba, está sufriendo el impacto de la caída del consumo en el mercado interno junto a la fuerte devaluación de la moneda durante el último año. Su talón de Aquiles es su abultada deuda contraída en dólares, versus sus ingresos que son mayoritariamente en pesos.

Hasta diciembre del año pasado su deuda total ascendía a poco más de u$s890 millones y de este total, el 65% fue originada en moneda extranjera.

La empresa concretó fuertes inversiones en los últimos años -compró participación accionaria de las firmas Mastellone Hnos. y Zucamor- y esto explica su fuerte endeudamiento.

Mientras tanto, su balance anual, cerrado también en diciembre pasado, con una facturación de poco más de $85.600 millones tuvo que afrontar un resultado negativo de $1.000 millones. El año anterior, con una facturación de $78.700 millones, había ganado $3.000 millones.

El primer trimestre de este año tampoco fue muy alentador para la compañía porque informó ventas por $25.000 millones y cerró con pérdidas de $245,6 millones.

En este contexto, semanas atrás, la calificadora de riesgo Moody’s le bajó la calificación de la empresa, fundamentada básicamente por el “deterioro del perfil crediticio general de la compañía como resultado de la fuerte depreciación del peso argentino”.

Además, a la empresa comandada por Luis Pagani, también se le asignó perspectiva negativa, pero por su calidad de argentina. Y así lo explicó la calificadora de riesgo: “La perspectiva negativa de la compañía refleja la opinión de Moody’s de que la calidad crediticia de esta no puede desvincularse por completo de la calidad crediticia del gobierno de Argentina y, por lo tanto, sus calificaciones deben estar estrechamente alineadas para reflejar los riesgos que comparte con el soberano”.

Lo cierto es que a pesar de este panorama que presenta nubarrones para Arcor, su espalda financiera, liquidez y actividades muestran un estructura sólida y por eso, contraria a la opinión de Moody’s, la calificadora Fix es bastante más optimista y detalla: “Arcor ha mostrado resiliencia a los vaivenes de actividad económica en Argentina demostrada por su baja volatilidad en la rentabilidad. La integración vertical de sus operaciones, los negocios complementarios en empaques y su amplia red de distribución son factores que favorecen el modelo de negocio en el largo plazo y amortiguan los ciclos negativos”.

En las próximas semanas Arcor presentará los resultados de su segundo trimestre y si bien no se espera un repunte en las ventas, la empresa apuesta a resistir la crisis económica local sin desacelerar sus planes de negocios.

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