A cuatro años del hecho, el argumento o justificación es que estas cooperativas no están facultadas para tener una cuenta bancaria en CUC.
El monto de la deuda del gobierno con los lecheros es de 11 millones 306 mil CUC.

Una suma de aproximadamente 11 millones 306 mil CUC es lo que actualmente el Gobierno cubano debe a los lecheros de Camagüey, quienes únicamente pueden vender sus productos a las industrias estatales.

Según reseña el medio local Adelante, poco o de nada sirvió a los ganaderos de la provincia todo el tiempo invertido, las largas horas de trabajo, el trabajo físico exhaustivo, el número de trabajadores afectados, así como los costos de insumos para la producción láctea.

La deuda que hasta el día de hoy mantiene el Gobierno con los lecheros existe desde el 2015 y parece no llegar a solucionarse, ya que desde aquel momento y hasta ahora los lecheros agrupados en once cooperativas de créditos y servicios (CCS), no han recibido un solo CUC como pago.

A cuatro años, el argumento imperante es que estas cooperativas no están facultadas para tener una cuenta bancaria en CUC de acuerdo con la resolución No. 101, capítulo 4, artículo 22.

Otro obstáculo que enfrentan los productores es que al parecer los cheques están elaborados a la espera de ser recogidos, sin embargo, el responsable de realizar la gestión simplemente no aparece y por lo tanto son cancelados.

No todo el producto se paga en CUC, sino solo aquel que cumpla con todos los parámetros de calidad, cuyo precio podría ser de 10 centavos de CUC por litro.

La importancia de que los productores cobren el monto adeudado, dicen, es que con ese dinero podrían comprar insumos necesarios para poder seguir produciendo y que su labor no se afecte, ya que este es su medio de subsistencia y son muchas personas que dependen de este trabajo, además de que la industria en este sector necesita inversión y mejora en sus condiciones de trabajo.

“¿Puede acaso la Agricultura camagüeyana darse el lujo de dejar de invertir tal dinero en medios de trabajo, en mejorar las vaquerías —muchas en condiciones rudimentarias—, en adquirir medios de transporte tan deficitarios en el sector campesino y cooperativo, o en maquinaria para la preparación de la tierra? Urge hallar la salida de este tortuoso laberinto y que para nuestros ganaderos la divisa deje de ser un fantasma”, instó el periódico.

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