Cada segundo que pasa salen 88 litros de leche de las explotaciones gallegas.
XOÁN RAMÓN ALVITE

Cada día se ordeñan en Galicia algo más de 328.000 vacas. La gran mayoría por la mañana y por la noche, aunque cada vez más explotaciones están apostando por realizar un tercer ordeño que les permite aumentar la producción de leche y, de paso, mejorar el bienestar de sus animales.

Si hace apenas tres décadas el 35 % de los ganaderos gallegos hacían el proceso a mano, actualmente no solo está totalmente extendido el ordeño mecanizado sino que la mayoría de las granjas disponen de modernos equipos que, además de cuidar al máximo la calidad e higiene de la materia prima, son capaces de extraer la leche a más de un centenar de vacas por hora.

En función del tamaño del rebaño y, por supuesto, del desembolso económico que cada negocio esté en disposición de realizar, las instalaciones de ordeño varían de forma sustancial. Estas son las más habituales en Galicia.

Caldera y circuito de ordeño

Aunque son pocas, todavía quedan pequeñas explotaciones en la comunidad que siguen utilizando este sistema rudimentario compuesto por unas pezoneras y una caldera que recoge la leche que sale de la ubre. En el caso de los circuitos de ordeño, la materia prima va directamente de las ubres a unas tuberías que la transportan hasta el tanque de frío. Tanto en un caso como en el otro, el ganadero debe cargar con los equipos dado que el proceso se realiza en la misma plaza en la que el animal permanece estabulado.

Salas de ordeño

Ocho de cada diez ganaderías gallegas utilizan instalaciones de este tipo para la extracción de la leche de sus reses. Las hay de varios tipos en función de la forma en la que se disponen las vacas para el ordeño.

Las más habituales son las llamadas en espina de pescado donde la linea dorsal de este esqueleto imaginario es el foso en el que se encuentran los operarios mientras que a ambos lados se van colocando las reses. Dependiendo del grado de inclinación entre sí que mantengan los animales, la colocación de las pezoneras se puede realizar por su lateral o bien de forma trasera, tal y como sucede con las salas paralelas, cada vez más habituales en el campo gallego. En estas instalaciones los animales se colocan en posición perpendicular al foso lo que permite instalar más puntos de ordeño en menos espacio al haber una menor distancia entre las ubres. También facilita una salida más rápida de las reses una vez terminada la extracción de la leche. Estas dos modalidades están pensadas para granjas con hasta 250 vacas en lactación.

A partir de esa cantidad, el modelo más utilizado es el de las salas rotativas en las que pueden llegar a ordeñarse hasta 50 vacas a un tiempo. Se trata de una especie de carrusel en el que las reses van entrando y saliendo de forma autónoma. Destacan por la velocidad de ordeño y la comodidad del operario pues, en este caso es el animal el que se mueve hacia él y no al revés.

Una sala de ordeño de 20 puntos, con sistema de identificación del ganado, tiene un coste aproximado de unos 150.000 euros. Aunque en Galicia hay varias salas con 40 o más puntos, la mayor de España es la que está situada en la explotación oscense San José y permite ordeñar 80 vacas al mismo tiempo.

Robots

Pese a su elevado coste y a las limitaciones que plantea el hecho de que cada máquina solo pueden ordeñar, en función de la producción de los animales de la granja, entre 60 y 75 vacas, la colocación de robots de ordeño se está disparando en Galicia.

Se trata de una cabina que se coloca en el interior del establo y al que las vacas acuden de forma autónoma -se utiliza el pienso como cebo- para ser ordeñadas. La máquina no solo coloca y retira de forma automática las pezoneras sino que previamente lava y desinfecta la ubre. Incluso, una vez terminado el trabajo, aplica un sellador al pezón para evitar la entrada de gérmenes y la posible aparición de enfermedades. La máquina, tal y como sucede también con algunas salas, identifica cada res con un sensor que esta tiene en el collar o las patas, lo que les permite almacenar y analizar los datos productivos de cada una de ellas.

En la actualidad funcionan en la comunidad casi medio millar de robots. La cifra, según apuntan desde la principal empresa fabricante, aumenta un ritmo de uno nuevo por semana. Su precio está en el entorno de los 125.000 euros.

Aunque varía en función de factores como la genética o la alimentación, una vaca frisona gallega acostumbra a dar entre 30 y 40 litros de leche diarios. Cada ordeño dura una media de siete minutos, si bien hay animales en los que, por distintas causas, puede llegar a duplicarse.

Galicia produjo el año pasado algo más de 2,8 millones de toneladas de leche, el 40% del total nacional. Cada segundo salen de las granjas gallegas 88 litros de leche.

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