Esta propuesta ha levantando la indignación entre los ganaderos, que demandaban exactamente lo contrario, es decir, contar con un contrato firmado que les diera seguridad en relación con el precio que iban a percibir durante los meses que durara el contrato, según recoge la prensa australiana.
Recuerdan que lo que los ganaderos quieren evitar es lo que pasó en 2016, cuando la industria láctea Murray Goulburn redujo los precios pagados a los ganaderos, con carácter retroactivo, alegando que se encontraba en dificultades financieras por la situación de los mercados mundiales.