“Hace falta una lluvia de por lo menos 100 milímetros”, para que los cultivos al menos “salven la ropa”.
La extendida sequía en zonas productoras impactará, sin dudas, en la producción lechera argentina. Es que el silo de maíz es la base de los sistemas de producción y en especial los maíces de primera que se sembraron ya que los pronósticos no era tan desalentadores como lo es la realidad.
En los grupos de Whatsapp son frecuentes las fotos y reportes, como por ejemplo los José Marcelino, exjefe del INTA Río Cuarto quien indicó: “Quizás lo que puse el lunes (por el lunes 9 de diciembre) donde los maíces estaban con marchitez temporaria, hoy estén pasando a marchitez permanente (irreversible) y ya por más que llueva”, los cultivos no se podrán recuperar.
El profesional agregó: “Calculen que con un 17% de humedad, la atmósfera es una bomba que succiona agua del tejido vegetal. Estimo que un maíz de 6-8 hojas debe estar perdiendo cerca de 10 milímetros en un día como el de hoy”, indicó refiriéndose en la jornada de ayer donde hubo entre 38 y 40 grados de temperaturas en vastas zonas y humedad muy baja.
El mapa que presenta el INTA es muy claro respecto a la necesidad de agua en todas las zonas del país, y la situación para los cultivos es de extrema gravedad, con excepción del oeste cordobés y la zona central de Santa Fe, donde muchos maíces y alfalfas ya comienzan a sufrir.
El oeste y sur de Buenos Aires, la zona más grave
El informe de diciembre de la Cámara de Productores Lecheros del Oeste de Buenos Aires (una de las zonas más afectadas del país) expresa en su encabezado lo siguiente: “La persistente ausencia de lluvias acordes a la necesidad de los cultivos impacta tanto en los suelos como en el ánimo de los productores del Oeste de Buenos Aires. Aquí se recibieron apenas chaparrones discretos en la mayoría de los lugares en que se produjeron (porque en muchas zonas, ni eso). Y las lluvias cayeron en forma muy dispar, sobre suelos secos en superficie, y con las napas a diferentes profundidades, según la zona”.
En la Cuenca Oeste de Buenos Airespredominan hoy las áreas muy secas, y las mejores están ajustadas de humedad. “¿Y cómo sigue la película? Para lo inmediato, no se esperan lluvias consistentes o generalizadas hasta fin de año. Pero se prevé que puedan ir creciendo gradualmente, desde enero hasta mayo. Para el trimestre diciembre-enero-febrero, el Servicio Meteorológico Nacional pronostica para el Oeste bonaerense y La Pampa lluvias inferiores a las normales y temperaturas superiores a las normales. ¡A prepararse!”, expresa el reporte de la Caprolecoba.
Agrega que “la sequía viene condicionando crecientemente a los tambos de nuestra Cuenca, y obligando a adaptar los esquemas de producción.Pasturas y cultivos de verano están sufriendo en diferente medida según la zona. Y no se ha podido sembrar todavía buena parte de los maíces para Silo. Aunque el pronóstico para el verano/otoño 2020, habilita buenas expectativas para los maíces de segunda. Y eso alienta. Como el aporte de las alfalfas que en años así, cotizan bien alto”.
Cierra indicando que “hHacia adelante, se enciende un “alerta amarillo”, porque si la sequía no se corta, en los tambos ya se planifica qué animales, de qué categorías, se sacarán del tambo, para achicar/ajustar la carga”.