En términos de industrialización de leche, el cooperativismo lácteo argentino cedió mucho terreno en la República Argentina en los últimos 20 años, de la mano de la caída y posterior venta de Milkaut, de la extendida crisis de las cooperativas entrerrianas; y la “tupacamarización” de Sancor, cuyo recibo hoy está apenas por encima de los 400 mil litros diarios.
Pero el número de productores lecheros cooperativizados sigue siendo muy importante en el país y se calcula que supera los 3.000 tamberos, en general pequeños y medianos productores. “La foto es que las cooperativas lecheras han ido cambiando, una buena porción ha dejado de ser industrializadora de leche, nos estamos dedicando a mejorar la relación con los productores y en reformular bajo ese punto de vista las cooperativas para ser entidades que están claramente representando a los productores, y entendiendo que los tambos que están relacionados a cooperativas son alrededor de 3000 a 3500 tambos en el país”, subrayó el médico veterinario Javier De la Peña, tesorero de la Junta Intercooperativa de Productores de Leche.
Añadió que “nosotros somos conscientes que tenemos un productor que tiene un menor tamaño que el productor medio argentino pero que es un productor que es fiel, seguidor y está ávido de que las cooperativas vuelvan a ser lo que fueron en su momento. No solo que lo puedan representar sino que puedan ser difusores de tecnologías para que ellos puedan reformular sus tambos”.
Arroyo Cabral, epicentro de las deliberaciones
El cordobés Danny Lorenzatti es el actual presidente de la Junta Intercooperativa de Productores de Leche (JIPL) y encabezó la reunión en Arroyo Cabral que contó con la presencia de dirigentes de las cooperativas de Arroyo Cabral, James Craik, Arroyo Algodón, de la Asociación Unión Tamberos con base en Franck y de SanCor.
La intensa jornada comenzó con una jornada técnica que incluyó una visita al tambo de Martin Bono, quien tiene unas 300 vacas bajo galpón en la zona de Oliva. Posteriormente el contingente se trasladó a la sede de la Cooperativa Agrícola Ganadera de Arroyo Cabral, sede del encuentro.
Un tornado se abatió sobre Arroyo Cabral minutos antes del inicio del encuentro, lo que demoró el inicio de las deliberaciones. “Estuvimos reunidos con todo el Consejo Directivo para ir tratando diferentes temas específicos de nuestro sector, con ronda de novedades y tratando de cerrar el año para esperar un 2020 mejor. Esperamos que la lechería sea acompañada por medidas, el clima, y otras herramientas y así podamos seguir potenciando esta actividad que tiene mucho para crecer en Argentina”.
A modo de resumen de la ronda de novedades que se hizo de las distintas cooperativas que participaron se consideró que fue un año bueno, a pesar de que arrancó mal, aunque después fue mejorando. “Fue un año con inconvenientes debido a dos devaluaciones y ahora un poco con el tema sequía, que no es general pero sí en algunas zonas se está notando. De todos modos lo llamativo fue que lo llamaron un año bueno porque hubo algún momento un precio interesante relacionado en litros de leche y el dólar, y eso permitió que se acomodara un poco el productor y sobre todas las cosas pudieran sobrellevar mucho arrastre de inundaciones que viene teniendo el sector desde el año 2016”, dijo Lorenzatti.
Expectativas por el nuevo gobierno nacional
De cara a un nuevo gobierno nacional, el dirigente cooperativo indicó que “nuestra expectativa siempre está basada en mostrar todo el trabajo que hace el cooperativismo lechero en el país, que a pesar que no siempre rinde sus frutos por distintas cuestiones, nuestra función como Junta Intercooperativa siempre fue y es el diálogo, para establecer una relación con el gobierno donde se pueda mostrar el potencial de las cooperativas como economías regionales instaladas en los pueblo.
Esas cooperativas que, como repito muchas veces, tienen más de noventa años con el mismo Cuit, que marcan una relación de pertenencia a un lugar y que genera tanto desarrollo por la reinversión que hacen permanentemente cuando pueden funcionar”.
En esa dirección puntualizó: “Nuestro trabajo es comunicarle esto al nuevo gobierno, rápidamente, mostrando lo que tenemos y lo que hacemos. Nosotros con el gobierno anterior cuando recibimos los fondos rotatorios, concluimos en que fue una gran herramienta que tuvo la Junta con el anterior gobierno kirchnerista, y esperamos que hoy este nuevo gobierno pueda ver, entender, esa herramienta que fue instrumentada correctamente en esa oportunidad y podamos potenciarla, porque es un efecto apalancamiento que genera una gran ayuda, en especial al pequeño y mediano productor”.
Respecto a que una clara tendencia en la producción de leche a nivel global que es que año tras año crece la escala de producción, Lorenzatti reflexionó: “Por ahí se habla de una escala y es un concepto bastante capitalista. No vamos a decir que la escala no es importante, pero también vemos que bajo ciertas condiciones de trabajo, los pequeños y medianos productores están instalados y funcionan bien. Uno de los problemas principales que van apareciendo es la sucesión en los tambos, que pasa en los grandes también. Por eso está surgiendo un concepto de tambos asociativos que en definitiva no es más que esa inercia de unirse para unir fortalezas y tratar de contrarrestar ese achicamiento que se da, no solamente por escala, sino de sucesión”.