Francisco Rodríguez ha dedicado su vida a los productos lácteos, a todos excepto el yogur, en Reny Picot, una empresa que aunque suene francesa empezó en 1960 en Anleo (Navia). Hoy el grupo emplea a unas 2.000 personas en medio mundo.
-¿Qué es Asturias para Reny Picot?
-El lugar elegido para ganarnos la vida. Para mí, personalmente, Asturias es algo así como la Tierra prometida. Y eso, desde la niñez.
-¿Qué producen aquí?
-En la fábrica de Anleo hay cinco líneas de producción: productos chocolatados, quesos procesados, mantequilla y sus fracciones -oleinas, estearinas, etc., leches maternizadas para el consumo de la infancia y leche en polvo y sueros procesados.
-¿Sigue siendo rentable estar aquí o hay parte de romanticismo?
-En industria no cabe el romanticismo. Si un día no se puede estar en un lugar geográfico concreto, por mor de circunstancias en las que nadie está pensando, habría que plantearse el problema desde un plano realista.
-La leche que transforman en Asturias, ¿de dónde viene?
-Transformamos leche producida en Asturias y Galicia. Ocasionalmente, también de otras comunidades.
-¿Hay suficiente materia prima o cada vez hay menos?
-Hay y no hay. Quiero decir que entre la leche que nosotros producimos en España y la que nos llega de fuera en forma de productos transformados, tenemos abastecimiento suficiente. Pero ello no impide reconocer que la producción nacional española sólo alcanza para cubrir el 70% del consumo.
-Defiende que para que el sector lácteo vaya bien se le tiene que pagar al ganadero un precio que le permita ganarse la vida. ¿De qué precio estaríamos hablando?
-Eso habría que estudiarlo con el mayor rigor, dado que los costes dependen de diferentes factores. Pero resulta indudable que la producción de leche debe resultar rentable para el ganadero.
-Están presentes en varios continentes, ¿en qué situación están las empresas lácteas españolas frente a las europeas o americanas?
-Tecnológicamente la industria láctea española está a la altura deseable y la prueba la tiene en que las grandes marcas mundiales también producen aquí sin que sus productos sean diferentes de los hechos en otros países.
-Está bajando el consumo de lácteos en España. ¿Por qué?
-Parece que está bajando algo el consumo de leche líquida. Puede deberse a la gran cantidad de productos líquidos que hoy se utilizan en la alimentación de los ciudadanos.
-¿Cuánto influye el crecimiento de dietas veganas, sin lactosa…?
-Influye poco en el volumen total. Pero es indudable que algo restan.
-La de soja, la de arroz, la de almendras… ¿Son leche? ¿Tanta gama crea confusión?
-Evidentemente, todos esos productos, de cuya calidad nadie duda, no son para nada leche. Sobre eso, seguramente sería necesario poner un poco más claras las normas alimentarias.
-Trabajan leche y sus derivados, salvo el yogur. ¿Por qué yogures no?
-Porque nuestra distribución no está adaptada a las específicas condiciones que requiere.
-También se dedican a la alimentación infantil, una parte, digamos, compleja. ¿Cuáles son las dificultades añadidas de esta?
-Las que se derivan de las exigencias bacteriológicas de los productos para la alimentación infantil, que no son productos estériles, pero deben estar exentos de cualquier patógeno.
-¿Tener tecnología punta incrementa el precio final?
-El coste aumenta en la medida en que se introducen factores que aseguren la idoneidad de la producción. Piénsese, por ejemplo, en la analítica necesaria para que no haya productos en el mercado susceptibles de producir alteraciones en la alimentación de los niños. La alimentación infantil es muy segura, desde luego, pero lleva aparejada costes superiores a los productos alimentarios corrientes.
-Tener quesos premiados como es su caso ¿se traduce en ventas?
-Eso depende de la publicidad que se dé a los premios.
-Si pudiera elegir, ¿volvería a dedicarse a los lácteos?
-Desde luego que sí. Aunque a veces digo que me gusta más el vino que la leche.
-Fue emprendedor a los veintipocos años. ¿Qué consejos daría a los que quieren hacerlo ahora?
-Que procuren lanzarse al ruedo cuanto antes. Así, si se cometen errores -que ocurren siempre- hay tiempo para rectificar.
-¿Un deseo para el 2020?
Que mejoren las rentas del sector, de todo el sector, empezando por los ganaderos.