En el campo tienen un año enfrentando los embates de los apagones, a eso le suma la escasez de combustible que hace que el transporte hacia las zonas urbanas incremente el valor de este producto y sus derivados como el queso.
“Hay productores que ante un escenario tan desalentador deben sacrificar parte de su ganado para mantener sus fincas, o simplemente se dedican a la siembra de alimentos que resulta más económica que mantener el rebaño”, comentó.
Roger Figueroa, presidente de la Cámara Venezolana de Industrias Lácteas (Cavilac), anunció que en los últimos seis años se ha registrado el cierre sistemático de empresas y en la actualidad sólo han resistido la más grandes, pero operando al 30% de su capacidad instalada.
“A la industria llega sólo el 20% de la leche nacional, se procesan unos 800 mil litros diarios. El principal problema es la presencia de productos importados libres de aranceles de importación, sin control sanitario ni de ningún tipo y eso hace que sean más baratos que la fabricación interna”, aseguró.
Las condiciones laborales son las peores al punto que se han eliminado líneas de producción. “La leche pasteurizada no se produce en el país porque no hay empaques. Empresas como Fetrapac que fabricaba empaques y Fonterra que es la principal productora de leche en polvo en el mundo, se fueron del país y Lácteos Los Andes, luego de su expropiación se encuentra operando al mínimo”, contó.