La historia de Josep María es un ejemplo de las más de 200 granjas familiares repartidas por toda España que producen leche para Danone.
La familia Ruiz ha mantenido Can Ribas generación tras generación durante más de 80 años. Los bisabuelos de Josep María crearon la granja en 1936, pasó por sus abuelos, más tarde por sus padres, y ahora es él quien está al frente de esta explotación ganadera.
De sus antecesores heredó la vocación y en la actualidad los empleados de la granja trabajan con 200 vacas a las que ordeñan dos veces al día y con 100 hectáreas de terreno dedicadas al cultivo de sus alimentos.
Berta Noguera, brand manager de la empresa, explica este éxito de las granjas familiares con un paralelismo: “el secreto que hay tras el cuidado de una granja es el mismo que hay tras el cuidado de una familia, el amor y la dedicación”.
La proximidad con sus ganaderos es uno de los pilares fundamentales para garantizar la calidad del ingrediente principal con el que se elaboran los productos de Danone y que cada día consumen 11 millones de españoles. El objetivo de la marca es poner en valor el trabajo de las granjas familiares con la importancia de la dinamización del mundo rural.
Esta estrecha relación ha dado como resultado más de 1.000 empleos directos en la producción de leche. El resto de claves, como señala Antoni Bandrés, el director de Gestión de Leche de Danone, pasan por la sostenibilidad y la protección de los recursos naturales, y el bienestar animal.
En la granja de Can Ribes se ha conseguido reducir la huella de CO2 gracias a un sofisticado sistema de alimentación de los animales y gestión de los deshechos.
En cuanto al bienestar animal, se cumplen con los protocolos de libertades de las vacas que residen en las granjas, e incluso cuentan con salas con música, ventiladores y duchas.