El consumo de leche por habitante cayó 20% en los últimos cinco años, mientras que el de yogur se desplomó 35% en la última década, como consecuencia de la pérdida de poder adquisitivo de los argentinos. Estos datos surgen de un informe del Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA), que ubicó al consumo de lácteos en los mismos niveles del 2003: 170 litros por año per cápita.
En virtud de esas cifras, época dialogó con dos gerentes de cadenas de supermercados locales para conocer, en ese aspecto, el contexto local.
“El rubro lácteos es uno de los que más que cayó en las ventas cotidianas, casi tanto como los artículos de higiene personal, de limpieza y las bebidas. Entendemos que es por la pérdida del poder adquisitivo”, expresó Raúl Rugido, gerente de una conocida cadena correntina.
“Las familias reemplazan esa clase de alimentos por otros más rendidores, sobre todo para el desayuno y la merienda. La coyuntura inflacionaria y la recesión generan cambios en la cultura alimenticia, lamentablemente, muchas veces en detrimento de la calidad nutricial de la ingesta diaria”, añadió.
En tanto, su par Marcelo Soto indicó que “es una constante, el consumo de lácteos bajó y en ese rubro, lo que más menguó es la venta de quesos. Es entendible, porque las familias compran lo justo y necesario y por ahí dejan de lado a los yogures, mantecas, quesos, helados, postres y otros derivados de la leche”.
En ese sentido, el supermercadista añadió que: “Más allá de lo comercial, hay un aspecto nutricional con los lácteos y es que son insoslayables para la alimentación, sobre todo en la etapa de desarrollo. Por eso es preocupante que cada vez se tome menos leche o yogur, o se coma menos queso y la gente se vuelque más a los panificados porque son más económicos”.
Autoridades de Salud de la Nación recomiendan comer tres porciones de alimentos lácteos por día, poca gente (ver recuadro abajo) cumple con esas indicaciones.
Industrialización
El estudio de OCLA refleja que con respecto al yogur, el consumo per cápita cayó 35% desde el 2008.
“La crisis económica que padece la cadena láctea de Argentina no sólo provocó la paulatina desaparición de tambos, sino que pulverizó la oferta industrial, a punto tal que, según los últimos informes sectoriales, el 64,3% de la producción se reparte entre nada menos que 33 empresas”, indicó el reporte.
Por un lado, se expone cómo los factores económicos y, en algunos casos climáticos, conspiraron contra el sostenimiento de la actividad primaria desarrollada por los tamberos, lo que provocó la desaparición del 43% de los tambos en los últimos 20 años. Quedan unos 10.287 establecimientos, lo que implica una variación negativa anual de 8,7%.
Las dos empresas lácteas que encabezan el ranking de la leche producida en el país son Mastellone y Saputo, con el 11,8% y 11,5% de participación, respectivamente.
Luego aparece un pelotón de ocho empresas que, cada una, alcanza entre 4,9 y 2,2 %: Williner-Ilolay, SanCor, Noal, Verónica, García, Nestlé, Milkaut y Danone.
Menos de lo recomendado
El 86% de la población argentina consume a diario menos porciones de lácteos que lo recomendado por las autoridades de Salud de la Nación, una tendencia que está en línea con los datos a nivel mundial, reveló una encuesta que dio a conocer algunos mitos y creencias que circulan en el país acerca de la leche.
Alrededor de siete de cada diez argentinos no saben que se recomienda consumir tres porciones de lácteos al día para garantizar un aporte de calcio biodisponible, de acuerdo con el “Plan Alimentario” de la población argentina, señaló el estudio “Los argentinos y el consumo de lácteos”.
El reporte se confeccionó sobre la base de 1.205 casos representativos del país.
Indagaron sobre cuánto saben las personas acerca de los lácteos, cifras que pueden ayudar a “derribar mitos y creencias a partir de la divulgación de información confiable y basada en la ciencia sobre la alimentación”, afirmó Mónica Katz, nutricionista y presidenta de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN).
Según el estudio, 9 de cada 10 argentinos reconocen como falso que la leche sea un producto sólo para niños, y 7 de cada 10 saben que no es cierto que los lácteos aumenten el riesgo de padecer osteoporosis y puedan generar caries.
Mitos y verdades
“Para bajar de peso se debe dejar de consumir lácteos”, “las personas con intolerancia a la lactosa deben evitarlos” o “se deben eliminar de la dieta si se tiene colesterol alto” son algunos de los mitos sobre ese grupo de alimentos, informó la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN).
Asimismo, las Guías Alimentarias para la Población Argentina (GAPA) recomiendan ingerir tres porciones de lácteos por día, preferentemente descremados, en todas las etapas de la vida, recordó la SAN.
“Toda alimentación saludable cumple con las leyes de cantidad, calidad, armonía y adecuación, lo que significa que debe ser suficiente, completa, respetar una proporción equilibrada de nutrientes y adaptarse al individuo”, explicó la nutricionista Marcela Leal.
“Que somos los únicos mamíferos que consumimos leche después de la lactancia materna y, por ende, que consumimos leche de otra especie, es verdadero. El hombre, como ser racional, es la única especie que tiene completo dominio sobre su cadena alimentaria, y elige la leche por los amplios beneficios que ofrece para la salud”, explicó.
La especialista recordó que a través los lácteos se obtiene el calcio necesario para formar huesos y dientes, se equilibra la presión arterial, los músculos adquieren fuerza y salubridad y se mantiene un peso corporal saludable.