Tras más de un mes de movilizaciones de agricultores y ganaderos, el Gobierno central aprobó de urgencia a finales de febrero un real decreto que busca garantizar unos precios justos para el sector primario. La nueva norma obliga a que el precio que se percibe en origen por los productos del campo no puede ser inferior a los costes de producción que, por primera vez, tendrán que estar especificados en los contratos.
Y esta es, en estos momentos, la negociación que encaran productores lácteos y las industrias antes de cerrar los nuevos contratos lácteos a finales de este mes. La pregunta que se hacen ambas partes es ¿cuáles son los costes de producción?, ¿cómo se fijan? Porque estos gastos son diferentes en cada explotación y hay productores más eficientes, por lo que los costes difieren de unas explotaciones a otras y se pueden producir distorsiones en el mercado si se premia a los menos eficientes.
Ambas partes comenzarán la próxima semana las negociaciones. Como la mayoría de los contratos lácteos se renuevan a finales de este mes, los ganaderos urgen disponer cuanto antes de unos índices que sirvan de referencia para renegociar los acuerdos.
El ministro de Agricultura, Luis Planas, aseguró hace dos semanas que “si comprador y vendedor no tienen una referencia para fijar los costes de producción, podrán usar la del ministerio”. Pero el sector agroganadero en Galicia desecha el índice del Gobierno central por estar “desfasado”. Este valor es el Rengrati, que no se actualiza desde 2017, donde establecían unos costos de producción de 32,5 céntimos por litro de leche. Los ganaderos reclaman la actualización de esas tarifas que datan de hace tres años e incluir un margen de beneficio para las explotaciones.
La Consellería do Medio Rural anunció el pasado mes de febrero la creación de un observatorio para determinar los costes de producción de las explotaciones lácteas: la principal actividad del sector agroganaderos en Galicia. Este análisis de costes se extenderá también al sector vitivinícola y al cárnico. Y es que, como advierten los ganaderos, no cuesta lo mismo producir una tonelada de leche en una granja gallega que en una de Castilla o 1.000 kilos de uva o 1.000 litros de aceite aquí que en Andalucía.
Galicia es la comunidad con el litro de leche más barato de todo el Estado pese a concentrar el 40% de la producción de toda España. Según los datos del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), el precio de la leche en Galicia en el mes de enero fue 3 céntimos menos que la media de Europa y de la vecina Asturias, con 35,6 céntimos por litro. El sector explica que esa diferencia de 3 céntimos por litro supone una pérdida de “casi 100.000 millones de euros anuales” para los productores gallegos, que en 2019 produjeron 2,7 millones de toneladas de leche.
Solo en el último año han cerrado más de 400 explotaciones en la comunidad gallega. “Quedamos solo 7.000 explotaciones produciendo leche frente a las 100.000 que había en 1986, cuando se entró en la Unión Europea”, lamentan.
Otra de las novedades que incluye el real decreto del Gobierno central es que se podrán hacer públicas las denuncias de aquellas empresas que cometan infracciones graves y muy graves.
Control Alimentarios la enviaba a la comunidad autónoma y solo ofrecía cifras totales del número de infracciones. Ahora, estas denuncias serán públicas para que las multas tengan consecuencias en la imagen de las empresas.
Además, existe el compromiso del ministerio de aplicar un incremento del 10% en la partida de seguros agrarios, mantener la bonificación de gasóleo agrícola y una exención fiscal en el arrendamiento de tierras.