Papel higiénico como “valor refugio”, cerveza y vino son los productos más adquiridos por los españoles en los últimos días en lo que los expertos conocen como “compra búnker” para hacer frente a la expansión del coronavirus. Una circunstancia que ha incrementado la adquisición de alimentos no perecederos, productos de higiene y alcohol y que ha disparado la venta de leche en polvo hasta un 173% con respecto al consumo habitual.
Así se desprende de un estudio hecho público este viernes por la plataforma de datos de compra del consumidor Gelt y según la cual, entre los productos que más se adquieren destacan también el arroz, el alcohol, el aceite, las legumbres, la pasta y las conservas.
Junto a la leche en polvo, los productos que más han visto incrementadas sus ventas han sido el amoniaco (85,7%); vino (41,9%); lejía (36,8%); alcohol (26%); pasta (17%); conservas (16,8%); legumbres (+13,4%); sopas (+12,5%); arroz (+11,8%); y papel higiénico (+8,2%).
Para la plataforma, que analiza el comportamiento de 860.000 hogares, la cesta de la compra de los españoles “ha empezado a mostrar la influencia de todo lo que está sucediendo en torno al coronavirus en nuestro país”, según muestra su análisis sobre la actividad de los compradores en los supermercados de toda España y que considera la recomendación de aislarse como “uno de los detonantes del aumento de este tipo de compras”.
Dicha investigación también revela que el ticket medio está experimentando un “aumento exponencial en paralelo a la propagación del virus” ya que en las últimas tres semanas ha sufrido un aumento del 37,59% y “con tendencia creciente”.
El CEO y cofundador de Gelt, Carlos Prieto, estimó que los datos “muestran cómo los consumidores estamos viviendo toda la crisis sanitaria” y advirtió de que ya “hace dos o tres semanas que nuestras compras manifestaron los primeros cambios con los consumidores siguiendo las instrucciones de las autoridades sanitarias”.
A su juicio, el cierre de colegios y de lugares públicos ha “desencadenado mayores compras, en parte por el miedo a unas medidas más restrictivas como las que viven nuestros vecinos italianos”. “Pero también por la necesidad de las familias de reorganizarse con los niños en casa y teletrabajar”, abundó. En su opinión, los “problemas” de desabastecimiento “serán puntuales y no hay que tener miedo a un problema mayor”.