La cadena automotriz está en punto muerto y con un futuro sombrío a corto plazo. Preocupación por el pago de sueldos. La contracara: los rubros considerados esenciales. Un caso es el universo lácteo, sin frenos del tambo a la góndola. Algunas usinas producen más.
Procesamiento. En las industrias lácteas la producción no se frenó nunca. (Nicolás Bravo/Archivo)

Los días de la cuarentena no se atraviesan de la misma manera en todos los rubros. Si bien hay un impacto generalizado, también sobresalen los contrastes entre los sectores considerados esenciales y los que no están en ese universo. Los separa una línea invisible, aunque tangible en sus efectos.
Una cadena que quedó en punto muerto es la metalmecánica, en especial los eslabones del sector automotor.
Las plantas de Fiat Chrysler Automobile (FCA), Renault, Nissan e Iveco, y la fábrica de cajas de Volkswagen no trabajan. Sólo están activos sus equipos de mantenimiento de emergencia y de seguridad, además de los cuadros gerenciales y administrativos, pero con home office.
“Hay días que tenemos hasta tres o cuatro conferencias virtuales”, cuenta el ejecutivo de una de las terminales, minutos después de desconectarse de la red corporativa que lo tenía en diálogo con el director general de la compañía, en Buenos Aires.
La entrada de los camiones también se frenó. Durante el último fin de semana largo, las fábricas recibieron los transportes que estaban en viaje y después suspendieron todos los pedidos.
Esto repercutió sin anestesia en los proveedores. Isabel Martínez, autopartista y titular de la comisión automotriz de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (Adimra), advierte de que la suspensión de actividades en las áreas productivas de los proveedores es total.
“Está todo paralizado y el problema es que no tenemos una previsión de cuando vuelve a arrancar. Hoy la prioridad son los sueldos; y sin ventas, las empresas no van a poder hacer frente a los pagos. Esto es peor que en 2001”, lamentó.
A través de Adimra y junto con la Unión Industrial Argentina (UIA), la cadena autopartista viene pidiendo al Gobierno nacional, como también a la Provincia y al Municipio, medidas concretas para evitar que se corte la cadena de pagos.
Martínez, junto con sus colegas de la Cámara de Industriales Metalúrgicos y Componentes de Córdoba, analizaron ayer este problema, reunidos en forma virtual a través de la aplicación Zoom.
Sueldo completo
En tanto, desde la regional Córdoba del Smata, el gremio del sector, aclaran que el decreto que declaró la emergencia sanitaria y la resolución del Ministerio de Trabajo que reglamentó los aspectos laborales mientras dure la emergencia establece que el trabajador debe recibir su salario en forma íntegra.
Aun así, lo que más preocupa al sindicato es qué pasará cuando levante la restricción. En la cadena automotriz hay una frase que todos repiten: “En una crisis, el sector es el primero en caer y el último en recuperarse”.
“En los puntos de venta, la situación es similar a las fábricas. Los salones están cerrados y los turnos para service se están reprogramando”, indicaron voceros de la Asociación de Concesionarios Automotores de la República Argentina (Acara).
Además, si bien hay vendedores que mantienen contactos con clientes telefónica o virtualmente, no se pueden hacer ventas, ya que tampoco trabajan las delegaciones del Registro del Automotor.
De hecho, Acara cerró sus estadísticas de venta la semana pasada, con una caída en el patentamiento de 60 por ciento en Córdoba, comparado con igual lapso del año pasado.
Sin freno
La contracara más evidente es la que está asociada a los agroalimentos. Es que ya en el inicio hay un factor biológico que condiciona al resto: en el campo, los animales necesitan ser alimentados y los cultivos, cosechados. Las vacas lecheras son el mejor ejemplo: sí o sí hay que ordeñarlas a diario.
Pero eso no significa que en la cadena se evadan las responsabilidades que caben a todos para prevenir la propagación del coronavirus: desde el tambo hasta la góndola, todos los eslabones no han frenado, pero han ajustado sus protocolos para operar con el menor riesgo posible.
Gustavo Prataviera, de la Cámara de Productores Lecheros de Córdoba (Caprolec), aseguró que en los tambos “se está trabajando normal, pero con las precauciones de este contexto, tomando los recaudos de no aglomerarse, de evitar un contacto cercano con los camioneros cuando vienen a recoger la leche o con los contratistas que realizan el forraje, y haciendo una constante desinfección y lavado de manos”.
Las usinas lácteas, en tanto, también están procesando leche de manera normal. Algunas, incluso, con más demanda. Y también con ajustes para garantizar condiciones sanitarias que reduzcan al mínimo el riesgo de contagio del Covid-19.
“Por ahí se producen alteraciones o baches cuando hay operarios que están dentro de algún grupo de riesgo o que tienen indicios de alguna enfermedad. En esos casos, son enviados a sus hogares y hay que reemplazarlos por personal que quizás no es idóneo para la tarea”, mencionó Javier Baudino, vicepresidente de la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (Apymel).
Otro industrial del centro de Córdoba, que pidió reserva, también reconoció que han tenido casos de empleados que no quieren seguir trabajando por el riesgo de contagio y a los que se les permite el home office, cuando es posible, para evitar situaciones conflictivas dentro de las plantas.
En general, los protocolos que cumplen las empresas son variados: por ejemplo, quienes hacen el reparto de mercadería no ingresan a la fábrica o los camioneros no descienden del vehículo cuando deben ir a dejar o a retirar productos.
En general, las industrias de la alimentación ya deben cumplir con normas sanitarias elevadas para garantizar la inocuidad de lo que producen. En cambio, las empresas advierten que el principal problema son los municipios que obstaculizan el paso de camiones.
Ventas
En el eslabón final de la cadena, que son los comercios, un aspecto importante es que el flujo de consumidores ha comenzado a mermar, tras comprobar que no hay problemas de abastecimiento.
“Con el paso de los días, están viendo que las góndolas se reponen. Al principio, hubo un acopio de mercadería de larga duración y ahora sólo están haciendo el abastecimiento diario en comercios de barrio”, comentó Vanesa Ruiz, gerenta del Centro de Almaceneros, Autoservicios y Comerciantes Minoristas de Córdoba.
Algunos comercios ofrecen delivery. “Es un canal que se está activando, sobre todo para los adultos mayores. Los comercios intercambian teléfonos y pautan horarios de entrega para que no deban salir de sus hogares”, añadió Ruiz.
Maquinaria agrícola: No se mueve
La Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma) informó que el sector debe cumplir con el aislamiento dispuesto por el Gobierno nacional. La entidad le había solicitado al Estado que le aclarara los alcances con respecto a algunas tareas que normalmente cumplen los fabricantes y que podían estar incluidas dentro de las excepciones, como por ejemplo, las actividades relacionadas con la producción agropecuaria, pero la respuesta oficial fue negativa.

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