Los agronegocios ya revelan los primeros resultados de un mes de cuarentena en Argentina, en el marco de la pandemia del coronavirus. En un momento en el que la actividad económica está prácticamente paralizada, el campo sigue adelante como uno de los sectores esenciales, aunque con complicaciones que se van profundizando con el paso de los días.
“Se está priorizando la caja, al momento no se escuchan problemas mayores en la cadena de pago (salvo en leche), aunque hay demoras en pagos, y tampoco escuchamos problemas en la cadena de suministros”, explicaron en su último informe Alejandro Meneses y Teo Zorraquín, de la consultora Z+M.
Los expertos remarcaron que, en agricultura, actualmente “se piensa hacia delante en esquemas defensivos, con superficies similares a alquilar, respetando la rotación de cultivos y la proporción de actividades sin proyectar por el momento bajar tecnología“. Esto, en plena cosecha, se da con un aumento de embolsado en campo.
En ese sentido, señalaron que se están anticipando las compras de insumos, pero que se paralizaron las inversiones postergables y se disminuyeron o anularon los proyectos expansionistas.
En cuanto al financiamiento, desde Z+M ven algunas alternativas, como los créditos al 24% anual en pesos para empresas que disponen la calificación; las promociones con tarjetas agro con 120 días sin tasa o con tasas anual del 35%; el descuento de cheques al 25-30%; la compra de insumos con canje o con financiamiento del 22% al 30% en pesos (al valor actual del insumo en dólares se le agrega esta tasa, se pesifica al tipo de cambio actual y se entrega el cheque). Además, relevaron un “gran aumento de las operaciones con entrega de cheque diferido pero electrónico“, y ven empresas semilleras saliendo con ventas “pre campaña” agresivas.
GRANOS
El informe de Zorraquin y Meneses indicó que el mes estuvo marcado por la caída de la cotización del maíz, producto del impacto de la crisis en biocombustibles y a nivel local por la cosecha. “Es impredecible el comportamiento del mercado ante la crisis, esperando variaciones bruscas en ambas direcciones. Las coberturas puntuales, cortas y específicas pasan a tener un rol importante en las empresas”, sostuvo.
GANADERÍA
“El mercado de exportación de carne a Europa está detenido. El mercado chino ha arrancado, con precios menores a los que había, pero con lo que parece ser una demanda creciente. El consumo interno aumentando en la cuarentena, aunque cambiando un poco el perfil de los cortes demandados (menos asado, más cortes para milanesas)”, resumen desde la consultora.
Los precios en el mostrador, aseguran, aumentaron en promedio un 5% a 6% , aunque desparejo según provincias, según cada barrio y según el tipo de corte. En tanto, remarcaron que el precio del novillo en pie también mostró aumentos similares.
“El gobierno pidiendo a los frigoríficos más información que ya se presenta en otros organismos del Estado, como una forma de hacer de cuenta que controla o sugiere un control de precios. El mercado interno muy bien abastecido. Los feedlots con ocupación cercana al 60%, y si bien hay incertidumbre están momentáneamente favorecidos por una buena relación compra/venta y por un precio del maíz en baja”, analizaron los expertos.
En el caso de los frigoríficos, vieron complicaciones “por no poder vender o entregar los cueros, por la caída del mercado europeo, por la demora en el cobro de entregas a China y por una disminución de los precios“.
“La expectativa no es mala, aunque mucho dependerá de la proporción de carne que se destine al mercado interno debido a que se estima una capacidad de pago limitada para absorber aumentos. El criador sufriendo pérdida de rentabilidad, con un ternero que vale entre $100 y $110 por kilo. Una vaca gorda que es la categoría que menos aumentó (70$ a 75 $/kg) y una vaca o vaquillona preñada que en marzo tuvo una fuerte caída de valor por poca demanda“, señaló el informe.
LECHERÍA
Para el negocio lechero, Zorraquin y Meneses advirtieron que la producción en el país se encuentra estancada y “no se ven señales de que esto se vaya a revertir en el corto plazo”.
“Las pymes que procesan leche para el consumo interno (muzzarella) muy complicadas porque se quedaron sin mercado, muchos cheques rebotados y en algunos casos con las plantas cerradas. Esa leche los tamberos la están derivando a las usinas grandes que están por ahora deseosas de recibirla porque tienen la demanda, sobre todo de leche fluida (aunque el consumo interno de lácteos sigue estancado)”, explicaron.
El precio informado por Siglea se ubica en 18.08 $/litro (259 $/kilo de sólido), lo que da un aumento del 73% respecto a abril de 2019 pero sólo un 1% respecto a marzo de 2020. Este precio representa unos 28 centavos de dólar (al tipo de cambio oficial) o 18 centavos de dólar usando el dólar MEP. “Es un negocio cuya rentabilidad viene cayendo fuerte hace unos meses. Y al ser un producto de extracción diaria y perecedero, la amenaza de un contagio por coronavirus en algún eslabón de la cadena lo deja en una posición frágil respecto de otras actividades”, aseguraron.