La iniciativa de la FunPel de adelantarse al problema que se viene para el sector ante el aumento de la producción y la caída de los mercados, mostró por un lado la utilidad de encontrar un espacio para discutir con datos la realidad que se avecina, y al mismo tiempo desnudó las diferencias que los diferentes actores tienen para interpretar esa realidad.
Al repasar el acta de la reunión en la que participaron más de 40 actores de la cadena láctea, podemos observar algunas perlitas, por ejemplo:
– Cuando el Ocla informa que la producción interanual lleva un incremento de un 8,5%, que el stock con el que se inició el año era un 20% superior a 2019 y que la estimación es que el consumo per cápita se puede reducir en cuatro litro en el año, está mostrando un problema serio.
– Cuando se le agrega que el precio real es 2.700 dólares para la tonelada de leche en polvo, que la producción mundial proyecta un incremento de un 3%, que en varios países se está tirando leche por falta de mercado y que los gobiernos EEUU y UE están probando diferentes alternativas para asistir a sus productores e industrias, no asumir que la competencia por la colocación de nuestros excedentes nos va a encontrar en desventaja es vivir en el país de las maravillas.
La información es clara, con datos reales y preciso, por lo que se supone que debería ser fácil avanzar en el problema y plantear alternativas para aminorar los efectos. Pero en lugar de eso, muchos se empeñaron en tratar de hablar de las sensaciones, y así unos ven que las pymes desvían leche a las grandes lácteas, y otros dicen que eso no creen que está sucediendo. Unos dicen que el precio está bajando en abril hasta un 10%, y otros que no sólo no notan una disminución, sino que además, no creen que eso tenga que suceder.
Al mismo tiempo otros hablaban de los cheques rebotados, mientras algunos estaban preocupados por lo que pasaría en una planta si se confirma un caso positivo de Covid 19. Para otros había que insistir en el nombramiento de un funcionario en Lechería en el ámbito del Ministerio, y otros pedían hablar con Arroyo para ver cómo el Estado puede aumentar las compras de leche, y de paso, pagarlas en tiempo y forma.
Todo esto, sin desatender la necesidad de agilizar las exportaciones, pedir la quita de las retenciones al mismo tiempo que un aumento de los reintegros y armar un fideicomiso anticíclico, a lo que otros se oponen.
STOP. Alguien aporta sensatez, y pide pensar propuestas con un enfoque integral, entender que esta crisis puede ser la oportunidad de que la cadena se ponga de acuerdo y encuentre un orden.
La reunión quedó en continuar la semana próxima, ya con propuestas concretas de las entidades, ojalá que ese día todos hablen el mismo idioma.
Damián Morais