El alcalde de Dosquebradas, Diego Ramos, reveló que la emergencia de salud pública de la COVID-19 tiene en serios aprietos a los pequeños productores agrícolas de su municipio, ya que por las restricciones impuestas muchos no han tenido la posibilidad de vender sus productos, lo que ha ocasionado una grave crisis en sus economías.
Señaló el mandatario, que a tal extremo ha llegado la situación, que su producido no solamente lo han tenido que botar, sino que por razones de bioseguridad no lo pueden regalar a quienes lo necesitan.
“Los campesinos están sufriendo porque no les compran la papa. ¿Por qué no distribuir todos esos alimentos? ayer estaban botando la leche, pero es porque no se las compran y no se la pueden entregar a las personas sin permiso de la autoridad de salud o sea que hay dificultades”, aseguró Ramos.
El mandatario de Dosquebradas lanzó esta voz de alerta y confía en que con la paulatina recuperación de la economía, se comiencen a dar soluciones para este sector de la producción que silenciosamente se encuentra en las zonas rurales.
Si bien las Plazas de Mercado en Risaralda aseguran que no hay ningún tipo de desabastecimiento, sí han notado una disminución en la demanda, lo que ha obligado a muchos comerciantes a surtirse en menor cantidad de vegetales, frutas y demás, lo que afecta directamente la cadena de producción.
Anteriormente, campesinos de otros sectores como los lecheros ya habían notificado problemáticas similares, cuando al deternerse la movilidad hacia las zonas rurales de los municipios no tenían como transportar sus artículos lácteos a los cascos urbanos, por lo cual se estaban dañando.