El banco holandés atribuye esta reducción al cierre de restaurantes y escuelas debido a la pandemia de COVID-19 y el impacto del tipo de cambio, los bajos precios del petróleo y la esperada recesión mundial, según señaló en un informe sobre el sector.
Antes de la recesión, muchos países importadores deben enfrentar la depreciación de sus respectivas monedas y un aumento del desempleo, señaló el banco. Los economistas de Rabobank proyectan una contracción económica global del 2,6% en 2020, consignó el portal Terra.
El banco estima que la demanda global de leche en polvo entera y descremada en 2020 disminuya en aproximadamente un 20%, o casi 900.000 toneladas. Sobre la demanda mundial de queso proyecta una disminución de 13%, o 220.000 toneladas. A medida que se acerca una recesión global, “la demanda de productos lácteos debería disminuir”, señaló el banco.
Los datos oficiales ya muestran las primeras señales de que la pandemia de COVID-19 está afectando el comercio mundial de lácteos, señaló Rabobank. Las importaciones mundiales de leche en polvo descremada cayeron un 10% en febrero, lo que refleja una demanda 19% menor del sudeste asiático y un 16% menor del Medio Oriente y África, según la entidad.
Se espera que el crecimiento de las ventas minoristas, que fue bastante fuerte en marzo y abril, se desacelere, pero seguirá siendo positivo durante el tercer trimestre, siempre que no haya un resurgimiento de COOVID-19, señaló el banco. En los mercados de los EEUU y Europa dominados por el sector de servicios de alimentos, se espera que la demanda caiga entre 10% y 25% para fin de año, lo que debería contribuir a aumentar el excedente exportable, a menos que la oferta sea limitada.