Crece velozmente el discurso del gobierno contra de la industria de alimentos procesados y bebidas industrializadas. El presidente López Obrador ya refiere el tema con frecuencia, elevando el costo político de estas empresas hacia el futuro. La métrica de evaluación ya no es sólo la prevalencia de enfermedades como la obesidad, la hipertensión o la diabetes, sino la muerte. Es una guerra contra la supervivencia de las empresas.
Al centro estarán firmas como Nestlé, Coca–Cola, Pepsico, La Costeña, Gruma, Bimbo, Danone, Grupo Herdez, y muchas más, varias de las cuales están asociadas en ConMéxico, encabezada por Lorena Cerdán, quien ha luchado contra la imposición de las normas de etiquetado que el gobierno quiere instrumentar. Pero ahora estas empresas no sólo no lo tendrán más difícil. Ahora enfrentarán una escalada y una guerra a muerte tras las palabras del Presidente:
“No queremos que nadie pierda la vida, pero desgraciadamente por enfermedades crónicas que podrían evitarse si hay buena alimentación […] Ahora vamos a tratar este tema cada vez más. Vamos a informar mucho de las proteínas del frijol; de las bondades de la comida mexicana; del maíz, de todo aquello que hasta se fue despreciando por alimentos industrializados, dañinos y caros. Vamos a estar informando porque necesitamos disminuir el fallecimiento, las muertes por enfermedades crónicas”.
AMLO dijo que miles de mexicanos mueren por infartos y diabetes. Exhibió las cifras. En ellas mostró que las enfermedades del corazón y la diabetes causan 9.4 veces más muertes que el COVID-19 (según datos de abril). Si el gobierno cerró prácticamente toda la economía durante meses por 2,177 muertos de COVID-19; imaginemos lo que será capaz de hacer en el futuro si contó 20,574 muertos por enfermedades del corazón y diabetes en un mes, sobre todo si ya sentenció que la causa es el consumo de alimentos y bebidas industrializadas:
“Todo lo vamos a analizar aquí, todo eso que se mantenía oculto, que eran temas vedados, no se tocaban, los tenemos que tratar; y también no sólo por el daño que puedan causar estos productos, sino por lo caro también que resultan. Ya hablábamos de que una bolsa de papas industrializada vale muchísimo más que una papa que se compra y se hace en la casa (…) Lo que no podemos es seguir callando sobre estas enfermedades crónicas, porque estas son pandemias permanentes, nada más que silenciadas. Entonces, nos vamos a meter”.
AMLO dijo que usará todo el poder de la presidencia frente a esta industria.
