La cúpula de la firma mantiene un diálogo permanente con el Ministerio de Desarrollo Productivo y el INAES. Avanza la propuesta del fideicomiso con el BICE.
La decisión oficial de no dejar caer a SanCor, aunque con omisión clara de la alternativa de la estatización, finalmente comenzó a tomar cuerpo. Tal como anticipara iProfesional hace escasos días, la creación de un fideicomiso con respaldo del Gobierno está en instancia avanzada y la láctea se prepara para recibir una inyección de más de 1.500 millones de pesos.
Eso sí, el acceso a semejante volumen de fondos no será sin sacrificios: la hoja de ruta trazada para terminar de rescatar financieramente a la empresa contempla, además, la venta de alguna de las seis plantas que la firma mantiene bajo su control en las provincias de Córdoba y Santa Fe.
Muy cerca de la empresa confirmaron a este medio que el fideicomiso se concretará vía el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), y que la cúpula de SanCor mantiene un diálogo permanente con el Ministerio de Desarrollo Productivo y el Instituto Nacional de la Economía Social (INAES) con el fin de ajustar su estrategia comercial.
“El objetivo es recuperar espacio en la góndola y volver a jugar en la exportación. Que se logre pasar de los 600.000 litros diarios de leche procesada a un volumen superior al 1,5 millones. Todo esto, en el transcurso de 6 meses. La intención es que el fideicomiso esté funcionando a partir del mes de agosto”, indicaron a iProfesional las voces consultadas.
Mientras tanto, la compañía sigue acumulando deudas con el fisco: cerca de 6.000 millones de pesos, que en cuanto reciba los fondos frescos comenzará a pagar tras negociar sendas moratorias con la AFIP. La concreción del fideicomiso en cuestión, de ocurrir finalmente en agosto, le permitiría saldar una primera cuota de esa deuda.
“La venta de alguna de sus plantas restantes podría aportar otro oxígeno. Las instalaciones de San Guillermo, que estuvieron paralizadas a principios de año, Gálvez, La Carlota o Balnearia, están entre las que podrían cambiar de manos. Si los números no se acomodan en el corto plazo, también existe la posibilidad de que se avance con el ingreso de algunos de los acreedores en la administración”, añadieron las fuentes.
El Gobierno, que sigue al detalle la evolución del escenario, solidificó la postura de sostener a SanCor como una empresa sin intervención estatal directa. Se mantiene brindando asesoramiento pero sin mostrarse de manera rotunda: busca evitar otra ola de reclamos y rechazos como ocurrió recientemente con la santafesina Vicentin.
La decisión de no cambiar el status de cooperativa se condice con lo expuesto recientemente por Héctor Ponce, máximo referente del gremio ATILRA, quien anticipó la creación del fideicomiso y la idea oficial de eludir la estatización.
“¿Qué necesita (SanCor) para funcionar correctamente en el tiempo? Que sea sustentable, que tenga rentabilidad. Para que pueda cumplir no solamente con compromisos productivos, también para empezar a sanear el pasivo que tiene”, expresó el titular del sindicato más representativo de la actividad lechera.
Ponce se refirió a este plan en la ciudad de Sunchales, base de operaciones de la empresa, en donde remarcó, justamente, que la intención es “que la empresa no pierda su rango cooperativo”.
En simultáneo a la deuda multimillonaria que la compañía mantiene con la AFIP, esta semana trascendió que además ostenta compromisos incumplidos con acreedores internacionales del orden de los 300 millones de dólares.
El acumulado más fuerte, cercano a los 70 millones de dólares, corresponde a la deuda con el fondo de inversión BAF LATAM Trade Finance, socio de Vicentin en ARSA -en 2016 adquirieron la línea de yogures y postres de la láctea-.
Estrategia de reducción
Tras un inicio de año marcado por la continuidad de la deuda con proveedores y una menor producción, SanCor transita esta etapa apelando a una estrategia basada en el achique permanente, las suspensiones de personal y el pago de sueldos en cuotas semanales.
En el ámbito de la lechería señalan que, desde aceleró su reestructuración en los últimos 3 años, SanCor recortó su dotación de personal de 5.000 operarios a un número actual que merodea los 1.600. Las voces consultadas por iProfesional aseguraron que de este último total, aproximadamente el 50 por ciento se encuentra activo hoy para el procesamiento de leche y la elaboración de quesos.
Previo a la irrupción del coronavirus, SanCor ya venía intensificando -otra vez- su desplome. Así, durante la segunda parte de febrero la láctea paralizó el trabajo en su planta de procesamiento de leche en San Guillermo, Santa Fe.
Las malas novedades no se detuvieron ahí: también en la primera parte del año desde la Cámara de Productores de Leche de la Cuenca Oeste (Caprolecoba), voceros de la organización que nuclea a los productores de esa área de la provincia de Buenos Aires, aseguraron a este medio que la unión de cooperativas siguió adeudándoles pagos a productores cercanos a esa entidad.
El negocio de la compañía, como consecuencia del mismo proceso de recortes y fuerte deuda acumulada con sus proveedores, también se redujo considerablemente: de los 4,2 millones de litros de leche diarios que la firma recibía para procesar hace menos de un lustro, pasó a un volumen cercano a los 600.000 litros.
Sin embargo, y más allá de este desplome rotundo, según el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina, SanCor sigue en el pelotón de las mayores productoras de leche del país.