Luego de liderar la venta y puesta en marcha de importantes proyectos en Chile, entre ellos el de Agrícola Ancali, la lechería robotizada más grande y productiva del mundo ubicada en Los Ángeles, con 72 robots y 4.500 vacas en ordeño, Felipe Aceituno, Gerente General de Delaval Chile es una voz más que autorizada para hablar de robótica lechera y sus aportes.
Médico veterinario de profesión, con una dilatada y exitosa trayectoria en el negocio lechero, analiza la pandemia y el futuro de las lecherías en Chile.
¿Producto de la situación sanitaria y el distanciamiento social han notado un mayor interés por adquirir robots de ordeña?
No me atrevería a decir que un argumento para adquisición de un sistema robotizado esté marcado por el tema del Covid19, sí nos ha hecho pensar que el concepto “distancia social” dentro de un pozo de ordeño es complejo y que una explotación lechera tiene en ese sentido un riesgo adicional. Por lo mismo, hoy todos los productores coinciden en que deben cuidar mucho a sus ordeñadores porque éste es uno de los trabajos más esenciales del campo y si no tenemos personas capacitadas realizando esa labor, sabemos que tendremos consecuencias en la extracción de la leche y la sanidad mamaria.
La robotización del ordeño, además de todos los beneficios adicionales que nos entrega, disminuye el riesgo de contagio notoriamente, ya que el proceso de ordeño se sigue realizando en forma continua y consistente sin necesidad que haya ordeñadores en un pozo. Ahora, profundizando en la pregunta, definitivamente sí hay un mayor interés en adquirir la tecnología. Hace años varios productores tuvieron la oportunidad de ver robots ordeñando en viajes al extranjero y en giras técnicas y desde hace 6 años que esta tecnología se puede ver acá en Chile donde tenemos una característica muy especial, porque nos encontramos con varias realidades diferentes, por ejemplo, instalamos la primera lechería en pastoreo con un sistema de ordeño voluntario de América, la lechería robotizada en confinamiento más grande del mundo y ejemplo para grandes productores como es la de Ancali y luego la lechería robotizada de INIA Remehue destinada a investigación, desarrollo y capacitación, que servirá para que el sector primario de producción de leche siga conociendo esta tecnología.
Gracias a este trabajo, en los últimos años hemos recibido grupos de productores de Argentina, Brasil, Colombia y otros países, pero lo que más me enorgullece son los grupos de dueños de megalecherías de Estados Unidos que han venido a observar y a aprender de lo que hemos hecho acá, cuando siempre fuimos nosotros los que viajamos a ver sus lecherías e importar el conocimiento. Este año por temas de pandemia se suspendió la visita de un grupo de productores de Rusia y otro de China. Ha habido un cambio y hoy Chile está en la mira de productores lecheros de todo el mundo. Hoy podemos ver acá en nuestro país todo lo relacionado a los robots de ordeña en distintos sistemas y eso ha sido un generador de conocimiento impresionante, gracias a todo este trabajo tenemos gente tremendamente bien preparada para todos los desafíos que vengan.
¿Cómo funciona el sistema de ordeño voluntario?
Es importante hacer una diferenciación de conceptos, un tema es el proceso de ordeño y un robot es capaz de hacer este proceso sin nadie presente. Hago hincapié en esto porque me han hecho preguntas del tipo: ¿pero cuántos ordeñadores necesito? La respuesta es que en este sistema no hay ordeñadores. Sí es importante tener gente que sea capaz de procesar y utilizar adecuadamente la información que entrega un robot, la cual es valiosísima y parte central de justificar económicamente la inversión. Un robot mide la producción de leche, el flujo de leche, la conductividad, la presencia de sangre, todo por cuarto; un robot entrega el concentrado de acuerdo a la producción de leche; un robot mide el recuento de células somáticas, mide progesterona en leche y todo se ingresa al software Delpro que maneja toda la información productiva, reproductiva, de salud, lo me permite tomar decisiones en tiempo real. Si todo eso yo lo uso bien, ahorro mucho dinero.
Otro concepto que me gustaría dejar claro es que el robot hace el proceso de ordeño, pero el desafío mayor es que las vacas vayan solas a ordeñarse, de ahí el nombre de ordeño voluntario que es la sigla de nuestro robot VMS del inglés Voluntary Milking System, y consiste en manejar un sistema productivo de tal manera que las vacas se motiven a moverse hacia el robot a ordeñarse y eso requiere de un muy buen manejo y entendimiento de cómo hacerlo y dentro de ésto podemos hacer que las vacas se muevan libremente o bien se muevan a través de un tráfico guiado. Lo importante para mí es sacar el máximo provecho a la inversión y eso es maximizar el uso del robot durante 24 horas. En el fondo, el robot tiene que ser capaz de cosechar la mayor cantidad de leche diariamente. De esto podemos hablar mucho y para eso contamos, como dije antes, con un equipo profesional muy preparado para entregar este soporte.
¿Cuántos proyectos ha desarrollado De Laval y cuántos robots de ordeña tiene instalados en Chile?
Hoy ya tenemos 7 proyectos instalados o en fase de instalación en Chile, con 89 robots de ordeño modelo VMS o V300 que es el último modelo que lanzamos al mercado hace un par de años y que es un éxito absoluto a nivel mundial porque técnicamente es de una tecnología superior, siendo un robot muy rápido y capaz de ordeñar más vacas por unidad, un parámetro muy importante de entender.
De estos proyectos, uno es en confinamiento y los otros 6 en sistemas pastoriles y hoy estamos trabajando en varios más, bajo distintos sistemas de producción.
Lo interesante es que hay harta experiencia, varios especialistas, técnicos muy buenos entrenados tanto en Suecia como localmente, básicamente un equipo multidisciplinario dedicado a dar el mejor soporte a los productores.
¿Qué mensaje le entregaría a los productores lecheros para que se atrevan y conozcan esta tecnología?
Hay un camino avanzado en Chile y para aquellos que aún no conocen este tipo de tecnología hoy pueden verla localmente y a un muy alto nivel.
Es importante que se entienda bien el concepto en general, para eso deben asesorarse, discutir, conversar, sacarse todas las dudas y por sobre todas las cosas confiar en su proveedor.
Hay algunos aspectos que tocamos tangencialmente, pero que son muy relevantes en la toma de decisión y que es pensar en el futuro de nuestra actividad lechera; ¿Tendremos ordeñadores o buscaremos a las personas más adecuadas para hacer frente a los desafíos futuros? ¿qué pasará con nuestra sucesión? ¿nuestros hijos tendrán la misma motivación que nosotros para seguir en el campo? Sin duda, la tecnología es un atractivo para las nuevas generaciones y además permite mejorar la productividad.
Un sistema de ordeño robotizado bien manejado aumenta la producción de leche, disminuye los costos en mano de obra, mejora o al menos mantiene la calidad de leche y hace más eficiente el proceso porque la información que entrega permite tomar decisiones en el minuto que ocurren los problemas con nuestros animales y todos estos factores son relevantes para darle sostenibilidad a la producción lechera. En definitiva, si tengo un proyecto de futuro al menos debo evaluar la robotización.