Después de 26 años y 5 meses, el balance para nuestro país y para el sector agroalimentario ha sido positivo, las exportaciones totales hacia los Estados Unidos se incrementaron en un 800% y las importaciones a México crecieron en un 500%.
Las exportaciones agroalimentarias ante la apertura comercial de México pasaron de 3,800 millones de dólares en 1994 a poco más de 38 mil millones de dólares para este 2019. Asimismo, la balanza comercial agroalimentaria hoy presenta un superávit que ha sido creciente los últimos cinco años y que ya supera los 9 mil millones de dólares.
Los principales productos agroalimentarios mexicanos de exportación son la cerveza, aguacate, berries, tomate, tequila, carne de res, chiles, azúcar, productos de confitería y galletas. De Estados Unidos importamos maíz amarillo, soya, carne de puerco, trigo, leche en polvo, carne de res, fructuosa principalmente. En términos generales comportándose como mercados complementarios.
Desde el 2016 México se convirtió en el principal proveedor de alimentos para los Estados Unidos, en donde para el 2019 representó el 22% de sus importaciones del agro y de igual manera el principal destino de las exportaciones agroalimentarias de Estados Unidos son realizadas a nuestro país.
Se habla de beneficios de la apertura comercial, en temas de inversión, generación de empleos, crecimiento, desarrollo regional, pero también el TLCAN nos hizo ser más competitivos. En el sector agroalimentario se incorporaron en los procesos productivos protocolos y certificaciones de calidad, inocuidad, responsabilidad social y medio ambiental, utilizando nuevas tecnologías para hacer un uso más eficiente de los recursos naturales, el manejo de sistemas presurizados de riego, maquinaria de precisión, la aplicación de la información climatológica, de mercados, de predicción de plagas y enfermedades, el desarrollo de una agricultura más intensiva, el uso de invernaderos y casas sombra, empaques de alta tecnología de mayor precisión, una agroindustria a la vanguardia en el desarrollo de nuevos productos que atienden la demanda de los consumidores y sus tendencias.
En las negociaciones comerciales hay ganadores y perdedores, para el caso de los productores de granos y oleaginosas ha sido complicado el competir con los productores y las economías de Estados Unidos y Canadá, que apoyan de manera decidida la producción de estos cultivos como el caso de maíz, trigo, frijol, algodón, soya; sin importar el tamaño de los productores, es un tema estratégico y de seguridad nacional; en México sorprendentemente se han eliminado los apoyos a la agricultura comercial, los programas de apoyo a la comercialización, los esquemas de agricultura por contrato, ingreso objetivo, entre otros incentivos, esto promoverá que seamos más dependientes de las importaciones.
Hoy México ocupa el octavo lugar como exportador de alimentos a nivel mundial, lo cual se realiza a más de 180 países, aunque existe una concentración del 75.3 % en la región de Norteamérica, Estados Unidos (71.5%) y Canadá (3.8%), el mayor potencial se vislumbra en el sector hortofrutícola, sector de cárnicos, sector pesquero y acuícola; hay que definir una estrategia para diversificar no solo los mercados, sino también los productos que se exportan, en el tema de granos hay que seguir impulsando la producción para lograr un nivel adecuado de autosuficiencia alimentaria.
Hoy el TLCAN ya es historia, pero sin duda ha sentado las bases para enfrentar el nuevo tratado que inició a partir del 1 de julio de este año, el T-MEC un tratado moderno que incorpora nuevas reglas, que seguramente serán superadas por los productores nacionales con la experiencia que se adquirió durante la vigencia del TLCAN que cambió el rumbo y el futuro de nuestro país, el nuevo tratado vendrá a consolidar y a fortalecer esta relación comercial y un mayor bienestar para todos.