Según los datos de la industria, hubo mermas en yogures y postres. Además, sigue en baja la producción anual de leche.
En mayo pasado se profundizó la caída de ventas de los productos lácteos.

La industria láctea atraviesa una preocupante crisis. La situación económica que se agravó en los últimos tiempos por el coronavirus, y un reclamo gremial que no cesa y que afectó el abastecimiento de leche fluida y otros productos, son los principales factores que explican la problemática de un sector que es de suma importancia para las economías del interior. A todo esto, se suma un contexto donde la producción de leche anual continúa en niveles bajos en comparación con el 2015, que fue el momento de su pico.
La crisis económica, que impacta en el bolsillo de los consumidores, ya repercutió en las ventas de los lácteos. Los datos de la industria a los que accedió Infobae reflejan resultados negativos que obtuvieron durante el mes de mayo. Las ventas de yogures bebibles sufrieron una merma del 25,7%, con un consumo que durante el año pasado tuvo una fuerte retracción del 20%, y según los datos del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina, en la última década cayó un 35%. Por otro lado, las ventas de postres lácteos tuvieron una caída mensual en mayo del 16,1%, mientras que en el mismo período la de postres lácteos firmes registró una baja del 21,3 por ciento.
En lo que respecta al conflicto gremial, los representantes de la industria láctea aseguran que además de los reclamos salariales hay otros motivos, como los aportes a la obra social. “Las empresas materializaron una propuesta que implica una recomposición salarial del 61% entre abril 2019 y marzo 2020, más el pago de $5.000 de la asignación por Decreto 665/19″, detallaron desde las empresas. La propuesta, dicen, “cumple claramente el compromiso asumido en el Acuerdo Salarial firmado el 1° agosto”.
Tras varios días de protestas y con problemas para acceder a los productos en góndolas de varias ciudades del país, el Ministerio de Trabajo de la Nación dictó la semana pasada la conciliación obligatoria por 15 días. En ese marco, el viernes último no se realizó una reunión que estaba prevista entre las partes, y el conflicto se profundizó; algunas delegaciones del gremio Atilra anunciaron asambleas por turnos en todas las plantas y centros de distribución. El gremio está conducido por el polémico Héctor “Etín” Ponce.
Una problemática que está afectando a las cuencas lecheras de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, y que podría transformarse una vez más en un escenario complicado para el acceso a los productos lácteos. Días atrás ya hubo faltantes en ciudades como Rosario, Quilmes, Mar del Plata y Capital Federal.
Con un panorama demasiado complejo y varios frentes abiertos, los integrantes del Centro de la Industria Lechera (CIL) expresaron que el sector “se encuentra atravesando una de las crisis más severas de la historia”. Explicaron que entre las razones de esa situación “aparece la imposibilidad de trasladar la suba de los costos, y es por eso que hay muchas empresas al borde del colapso por el quebranto de sus balances”.
El 64,3% de la producción se diluye entre 33 empresas y ninguna de ellas tiene más del 15% en la producción local
Y agregaron: “Más allá de un aparente pico de consumo durante los primeros días de la cuarentena, los números dan cuenta de un fuerte descenso en la venta de alimentos en general. En línea con esta situación, el INDEC reveló recientemente que el nivel de ocupación industrial del sector de alimentos y bebidas cayó al 57% en mayo y que en marzo pasado conoció el nivel más bajo de utilización de, al menos, los últimos 24 meses”.
Costos de la industria y producción de leche
Al momento de explicar la crisis por la que atraviesa la industria láctea, fuentes de las empresas aseguran que “uno los temas que impactan en la estructura de costos de los lácteos es el precio de referencia de la leche pagado al productor. En el caso de productos como yogures y quesos, un costo del 34%, ha tenido una evolución desde el 2019 a la fecha del orden de 110%, frente a una variación del índice de precios al consumidor del 53,8%. A su vez, el resto de la cadena de valor se encuentra impactada por precios dolarizados que muchas veces toman como referencia la cotización de la divisa libre como sucede con los insumos del packaging, tales como plásticos y cartón”.
Más allá de un aparente pico de consumo durante los primeros días de la cuarentena, los números dan cuenta de un fuerte descenso en la venta de alimentos en general
También recordaron desde la industria láctea “la creciente atomización”, dado que el 64,3% de la producción se diluye entre 33 empresas y ninguna de ellas tiene más del 15% en la producción local. Los datos del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina muestran que las empresas lácteas que encabezan el ranking de la leche producida en el país son Mastellone con el 11,8% de participación y Saputo con el 11,5%. Las que siguen tienen una participación de entre 4,9% y 2,2%.
Por último, hay que recordar que la producción de leche en la Argentina registra desde hace años una baja importante en sus niveles. En 2019 la producción total fue de 10.343 millones de litros. Y si se compara con 2015, que fue el año del pico de producción con 12.061 millones de litros, hay una baja del 14,2%.
La situación de los tamberos
En pleno conflicto sindical y con la presión que sabe ejercer la industria sobre la producción, el precio pagado en junio pasado por la leche en las tranqueras se estancó en $18,25, hecho que actúa en detrimento del tambero, y también fabril, para estimular la producción de lácteos como quesos y leche en polvo, que deben fogonear la exportación.
Este valor fue informado oficialmente tras el relevamiento realizado por el Sistema Integrado de Gestión de la Lechería Argentina (Siglea), que distribuye la Dirección Nacional Láctea. Con el valor de $18,25 pagado por litro por la industria a sus tambos proveedores de leche, solo se registró un alza del 0,05% respecto del precio pagado en mayo anterior, y con un alza interanual del 20,5% respecto del precio que recibieron en junio de 2019. Dicho porcentaje se queda así a mitad de camino respecto del valor de un 40% que reportó la inflación durante igual lapso.
Según los datos aportados por el Siglea, los precios obtenidos en junio de 2020 dan cuenta de un marcado estancamiento por tercer mes consecutivo: en mayo se abonó un precio promedio de $18,24, allí solo hay un centavo de diferencia en un mes; mientras que en abril y marzo pasado, el valor pagado a los tambos fue de $18,22 y $18,08 respectivamente.

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