El Director Ejecutivo del Centro de la Industria Láctea (CIL) Rodrigo Gallegos Riofrio aseveró que existe una reducción del 30% de la demanda de los productos lácteos durante la emergencia sanitaria lo que ha generado crisis en el sector.
A través de un comunicado, la asociación empresarial sin fines de lucro que representa a importantes e innovadoras industrias lácteas, expresa lo siguiente:
El Sector Lácteo se encuentra en una situación crítica debido a una reducción de la demanda de productos lácteos, que sobrepasa el 30% durante la emergencia sanitaria.
Existe un evidente incremento en la producción de leche, cuya producción crece en 25% entre 2018 y 2019.
La fijación antitécnica de un precio mínimo por sobre el precio que equilibra la oferta y demanda en el mercado, genera un exceso de producción de leche como evidente y lógica consecuencia del control de precios.
Debido a los cambios en los hábitos de consumo y la severa crisis económica nacional que ha provocado la reducción en la demanda, las industrias formales se encuentran impedidas en procesar y comercializar los excedentes de producción actuales.
Todo el excedente de la oferta de leche encuentra como única válvula de escape el mercado informal a precios por debajo del precio oficial y fuera del marco regulatorio.
El productor que vendía a la industria formal ahora no tiene otra opción que destinar su producto a la informalidad, a un precio que está muy por debajo del oficial generando un efecto pernicioso sobre el mercado primario regulado que cada vez tiene menor competencia e incentivos para generar inversiones que incrementen su productividad.
Estos factores, tanto estructurales como coyunturales, han llevado a la Cadena Láctea a la mayor crisis de los últimos 80 años: la rigidez establecida no permite al sector ajustarse a la realidad, generando cuantiosas pérdidas en toda la cadena.
Así, el gran perdedor de toda esta situación es el consumidor, que debe pagar un mayor precio por acceder a productos lácteos de calidad debido a las ineficiencias del sistema de control actual; y el pequeño productor que no puede acceder a vender su leche en el mercado formal, quedando imposibilitado de competir con el gran productor, único que recibe el precio oficial.
Es indispensable la toma de decisiones estructurales que corrijan las distorsiones que afectan severamente a la Cadena Láctea Formal y que se proteja a sus actores, especialmente a los más pequeños, severamente afectados al no poder colocar toda su producción de leche por la creciente informalidad.
Las empresas formales representadas en el CIL, responsables ante la situación sanitaria nacional, hacen grandes esfuerzos para sostener e impulsar el desarrollo del sector lácteo. Por ello planteamos que se establezcan nuevos marcos legales adaptados a las nuevas realidades, necesarios para preservar las fuentes de trabajo.
Ratificamos nuestro compromiso de trabajo por nuestro país: superaremos la crisis si Ecuador se mantiene unido y solidario.