Las nuevas medidas anunciadas en el día de ayer marca nuevamente la cancha con reglas que atentan contra la producción y especialmente la inversión, las consecuencias se pagarán con el correr del tiempo.
En lo inmediato, quienes más complicaciones van a sufrir son las empresas que tienen deudas en dólares. Las nuevas medidas tienen la intención de que las exportadoras consigan crédito fuera del país para financiar sus ventas al exterior. Pero al mismo tiempo les restringe el acceso a los dólares para pagar esas deudas.
El Central sólo permitirá a las empresas que accedan a dólares por el equivalente a sólo 40% del capital que deben pagar, al menos hasta fin de año. El monto restante debería ser refinanciado con los acreedores, con el objetivo de estirar por lo menos dos años los vencimientos.
Qué pasará con aquellas empresas que no consigan esa refinanciación, tendrán dos opciones, o salir a comprar dólares al mercado irregular o declararse en default.
Para adelante, habrá que olvidarse de cualquier posibilidad de inversión. Hoy comprar una máquina es pagarla a un dólar de 140 pesos, y los productos deberán venderse a un dólar de 78 pesos menos retenciones. Inviable.
Mientras tanto el sector primario corre el riesgo de convertirse en una economía láctea irregular.
Los insumos van a aumentar en dólares, porque al no poder girar al valor oficial, las empresas subes sus precios en dólares para así compensar la diferencia entre el oficial y el blue.
Al mismo tiempo, productores lecheros van a necesitar producir más para alcanzar los insumos necesarios para seguir con la producción de leche. Una producción que se verá nuevamente atrasada en cuanto a valor en moneda fuerte.
Menos inversión, menos producción, una cadena que nuevamente se volverá más chica, como si de la historia no aprendiésemos.
Damián Morais