En las 27 hectáreas que tiene el CFR de General Rodríguez hay una huerta, un vivero y hasta un tambo, el cual desgraciadamente desmantelaron en el curso de una noche, sustrayendo todo el instrumental necesario para que funcionara: las bombas de vacío, gran parte de cañerías, los pulsadores y las pezoneras, todo por un valor estimado de 700 mil pesos.
“El tambo era una de las producciones que teníamos para educar y formar. Así que no solo nos provocaron un gran daño económico sino también moral por sacarnos la posibilidad de seguir formando”, dijo con profundo pesar el director del CFR El Tejado, Alfredo Antoniazzi, a Bichos de Campo.
El colmo de los colmos fue que, no contentos con sustraer el instrumental del tambo, los ladrones también se llevaron la bomba de agua sumergible que es la que le da agua a todo el colegio y a los animales.
A pesar del contexto de pandemia y de dar clases de modo virtual a los 115 alumnos que asisten al CFR, Antoniazzi declaró que “el tambo requiere guardia permanente y hay que ordeñar por la mañana y por la tarde. Los profesores que llegaron en la mañana del martes a ordeñar, se encontraron con que faltaba también la bomba, con lo cual nos dejaron hasta sin agua”.
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A la hora de realizar la denuncia, Antoniazzi comentó que tanto la policía rural como científica se comprometieron de inmediato en recabar información para seguir el caso. “Nos dijeron que están tratando de tomar información de las cámaras de la ruta 24 que va a General Rodríguez, o bien de algún country en la vera de la ruta. Y siguen en constante comunicación con nosotros”, manifestó el director del CFR El Tejado.
Un alivio llegó de parte de la comisión de la sociedad rural de General Rodríguez, quienes enterados del hecho, decidieron instalarles una nueva bomba de agua sumergible para poder hidratar a sus animales y para consumo de quienes trabajan a diario allí en la mantención de las instalaciones.
El centro educativo no suele tener vigilancia de noche, según explicó Antoniazzi, por el costo que acarrea mantener una guardia de ese estilo. Además todo el establecimiento funciona con el esfuerzo de las familias de los alumnos que asisten, a través del trabajo físico y la manutención de una cuota cooperativa baja.
En el tambo tienen 5 vacas Holando en ordeñe, 8 terneros, y un toro. Además tienen 70 gallinas ponedoras, y hace poco tenían conejos pero los terminaron dando en adopción por el cuidado que requerían.
En El Tejado, los alumnos industrializan los productos derivados de la leche que ordeñan, haciendo quesos, pero también elaboran dulces y conservas. Parte de la leche ordeñada la entregan también a productores de masa locales que se la compran, y llevan unos 100 litros de leche por semana a un merendero local, de modo solidario.
“Uno dice: ´bueno, todavía no me tocó´, hasta que algún día te toca”, expresó Antoniazzi, que trabaja en el CFR El Tejado hace 20 años, y agregó que aunque sufrieron robos en otras épocas, nunca tuvieron uno tan grande como el de ahora.
El directivo del centro recordó que la zona donde está la escuela supo ser un área de influencia tambera fuerte hace 40 años atrás, pero que con el correr del tiempo se fue reconvirtiendo la zona, quedando pocos tambos en pie al día de hoy, y viendo mucho asentamiento de cría de caballos de polo y emprendimientos inmobiliarios.
Hace unos 7 años, el centro que dirige Antoniazzi había presentado un proyecto sobre el tambo, y tras ganarlo, pudieron acceder a un crédito fiscal con el que compraron gran parte del instrumental que les robaron.
“Recibimos algo de ayuda de la provincia de Buenos Aires, pero en general subsistimos con el trabajo de las familias de nuestros alumnos. Las producciones las vamos construyendo, rediseñando y renovando con el trabajo propio de estos chicos y sus familias. Por eso da bronca que nos pasen estas cosas”, concluyó Antoniazzi.
Matías Lestani, economista de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), fue alumno del CFR El Tejado y además es profesor del instituto terciario del centro. La noticia del robo le generó un profundo pesar, por su sentido de pertenencia a la institución.
“Llevó 10 años poner en marcha el tambo, el cual había sido desarrollado por un crédito de la provincia y con mucho esfuerzo de los profesores y los alumnos. Como si fuera poco dejaron todo el colegio sin agua. Estamos tratando de resarcir todo este daño”, dijo Lestani a Bichos de Campo.
Lestani, que además es presidente de la sociedad rural local que funciona en las instalaciones del CFR El Tejado, agregó que “los 115 alumnos que asisten al colegio son del ámbito rural, tratando de generar arraigo en su zona. Se trabaja muy a pulmón para llevarlo adelante. Por eso esperamos encontrar, no sólo los instrumentos robados sino también a los responsables”.