Vender la unidad de agua embotellada le daría efectivo para áreas con más futuro y mejoraría su imagen.

La reestructuración de Danone necesita un enfoque ASG (ambiental, social y de gobernanza) más drástico. El grupo lácteo francés va a revisar sus activos y cambiar su gestión en un intento de impulsar sus ralentizados ingresos. La puesta a la venta de su negocio de agua embotellada podría permitirle obtener fondos para invertir en áreas de crecimiento más rápido y reforzar su atractivo ante el creciente ejército de inversores que valoran los factores ASG.
El presidente y consejero delegado, Emmanuel Faber, ha anunciado su nuevo plan como respuesta a la crisis del Covid-19. Pero Danone tenía un problema mucho antes de la pandemia: el rendimiento para sus accionistas fue del 12% en los dos años anteriores a enero, en comparación con el 32% de Nestlé y el 16% de Unilever, según Refinitiv.
Ello ha llevado a Faber a nombrar nuevos jefes regionales y a considerar la posibilidad de poner algunos activos en el escaparate. Sin embargo, los posibles descartes, la unidad de Argentina y Vega, una marca de nutrición deportiva de origen vegetal, representan solo el 2% de las ventas.
El siguiente paso lógico sería copiar a su rival Nestlé, que está deshaciéndose de su negocio de agua embotellada en Estados Unidos. La valoración de 5.000 millones de dólares, reportada por Reuters, asciende a 1,4 veces las ventas de 2019 (3.600 millones de euros). Aplicando ese múltiplo a la unidad de agua de Danone, valdría 6.300 millones de euros.
No tiene por qué ir todo a la vez, sobre todo porque las ventas de este año se han hundido profundamente. Pero una salida gradual, manteniendo por ejemplo la emblemática marca Evian, daría a Faber dinero en efectivo para invertir en la esencial unidad de productos lácteos y de origen vegetal de Danone, y en su negocio de nutrición infantil y hospitales. La primera está creciendo más rápidamente, y el segundo tiene aproximadamente el doble del margen de explotación del agua.
Podría decirse que Danone ya es líder en los populares productos vegetales: su marca Alpro tuvo un crecimiento de dos dígitos en el cuarto trimestre de 2019, pero rivales como Oatly están ganando cuota de mercado.
El descarte también impulsaría las credenciales ASG de Faber. La venta de agua embotellada, especialmente en las economías desarrolladas, es un despilfarro y aumenta la contaminación por plásticos. En verano, Faber adoptó el modelo francés Entreprise à Mission para las empresas cuyos objetivos sociales y ambientales se establecen en sus estatutos.
Sin embargo, Jefferies considera que Danone ya no atrae como antes una parte tan grande del nuevo dinero que se vierte en los fondos ASG. Al vender la unidad de agua, Faber estaría respaldando sus palabras con hechos.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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