Dándolo comenzó remarcando que esto “no es en contra de nadie, esto es a favor de la cadena, para que funcione correctamente, para que el productor tenga rentabilidad y que se igualen las fuerzas, para que en definitiva nos iguale a todos”.
La intención es que la lechería se transforme en “un negocio con reglas claras de juego para todos a lo largo de la cadena”, dado “con fuerza en el marco institucional”, dijo García Maritano que condujo el hilo de toda la charla.
De las 21 cadenas agroalimentarias que hay en nuestro país, sólo tres tienen reglas transaccionales, que son granos, pudiendo valerse entonces de ese marco institucional para poder avanzar de la misma forma en la lechería.
“Si la transacción no está alineada hay un conflicto latente”, por eso el producto debe estar definido, estandarizado, y tener un precio determinado, con condiciones pactadas, si esto no es así se puede incurrir en posición dominante.
La transacción de leche se hace por suministro, por la constancia del vínculo entre productor e industria, sin embargo, actualmente sólo hay contratos orales que se entienden como una entrega, sin posibilidad de negociación.
Sobre este tema existe un fallo de la Defensoría del Pueblo ante reclamo de la Mesa Nacional de Lechería, donde se llama a mejorar la relación contractual entre las partes. Santa Fe tiene a disposición el acuerdo lácteo, donde se estipula todo el recorrido de la extracción de muestras, el análisis y la forma de pago. En tanto, el Instituto de Derecho Agrario de la Segunda Circunscripción de Santa Fe, así como el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires adhirieron a esta mejora de vínculo.
“Decidir cómo vendemos nuestra leche es un derecho del productor, porque hoy no hay otra opción que la compra-venta oral y no hay arbitraje posible”, es por esto que se apunta que “Santa Fe tiene mucho camino hecho y tenemos el derecho de pedir una transacción distinta, no la de fijación unilateral de precios”.
A través del Sistema Integrado de Gestión de la Lechería Argentina, que hoy aporta datos concretos de la lechería formal, pero en promedio, se podría avanzar a un detalle mayor y preciso sobre los pagos y la calidad de la materia prima, valiéndose de la Resolución 229 que avanza sobre el pago por comparabilidad, con definición higiénico-sanitaria, dejando de lado la consideración por litro actual.
Claro que también se contempla que es necesario disponer de sistemas arbitrales, en caso de conflicto entre la calidad que la empresa dice recibir en una muestra y la que supone el productor.
Finalmente, García Maritano también explicó que “la función del Estado haciendo cumplir las leyes no es intervencionismo, sino ajustarse al cumplimiento de las normas vigentes”.