En base al Balance Lácteo estimado por el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) a septiembre del 2020, el consumo total de lácteos fue 1,5% superior al año anterior. Por su parte, el consumo per cápita acumulado hasta septiembre del 2020 es de 135,9 litros/habitante de leche equivalente, que representa un aumento del 0,6% contra el mismo período del año pasado (135,2 litros/habitante).
Al anualizar el consumo per cápita corregido por igual cantidad de días entre años, el consumo para 2020 sería de 182,7 litros/habitante y por año, es decir un 0,2% superior al 2019.
Las exportaciones de lácteos generaron 785 millones de dólares en septiembre.
De acuerdo con el informe de la OCLA, crecieron las ventas de “productos más básicos como leches no refrigeradas (+31,1%), leches en polvo (+6,95), quesos cremosos pasta blanda (+3,6%), manteca (+19,6%), dulce de leche (+9,4%) y yogures (+2,2%).
Por otro lado, disminuyeron sus ventas los productos de mayor valor agregado y/o unitario, como yogures en potes, flanes y postres (-6,7%), leches saborizadas (-34,5%), quesos duros (-6,3%), semiduros (-5,8%) y untables (-0,7%) presentan caída. “Lamentablemente, todos estos últimos son los que aportan mayor contribución marginal al negocio de la cadena industrial y por ende su traslación al sector primario”, indican desde la OCLA.
En cuanto a los hábitos, el informe sostiene que ha habido un cambio importante en las compras de productos lácteos, que se hacen en forma más puntual, en negocios de cercanía y mayoristas, de mayor valor (canastos más grandes), con menor frecuencia en las misma (menos visitas). “Producto de las compras para stock familiar y por los controles de precios (máximos y cuidados), se visualiza un incremento significativo en las leches no refrigeradas y una situación similar en manteca, dulce de leche, quesos cremosos y yogures bebibles de litro”.