La provincia de Córdoba y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial trabajan en diversos proyectos. Uno de ellos es la reutilización del suero lácteo, un desecho de la industria que es contaminante.
En este sentido, el ministro de Industria, Comercio y Minería de la provincia de Córdoba, Eduardo Accastello, regresó al INTI para reunirse nuevamente con su presidente, Rubén Geneyro. En ese marco, firmaron un convenio marco de cooperación y cinco convenios específicos que apuntan a impulsar al sector de electrónica, informática y de comunicaciones de la provincia; al agregado de valor al suero lácteo de la región; a reducir la brecha digital en las pymes; a la asistencia técnica a los parques industriales cordobeses; y al desarrollo de una nave industrial con características sustentables.
“La firma de estos convenios se da en base a la definición de una agenda de trabajo estratégica y al enfoque federal que planteamos en el INTI. Todas las capacidades del organismo están a disposición del desarrollo productivo de Córdoba”, señaló Geneyro.
El convenio que tiene al suero lácteo como protagonista consiste en el aprovechamiento del suero, que en general se descarta en la industria y que resulta contaminante. Desde hace años el INTI plantea la importancia de no desperdiciarlo y agregarle valor para generar nuevos productos.
Este acuerdo destaca el desarrollo de proyectos orientados al agregado de valor al lactosuero en las pequeñas y medianas empresas del sector lácteo de la provincia de Córdoba. Además, propone trabajar en tres etapas: diagnóstico, valorización e implementación.
“El diagnóstico comprende la realización de un relevamiento conjunto de las empresas productoras de la provincia, a fin de caracterizar la generación, el tratamiento y usos del lactosuero, considerando aspectos tecnológicos y parámetros de calidad”, especificaron desde el INTI.
Para la valorización, en base a los resultados obtenidos en la etapa de diagnóstico, el INTI y el ministerio elaborarán una propuesta sobre posibles alternativas de aprovechamiento que resulten viables para poder transferir a las empresas.
“La tercera etapa contempla la implementación de proyectos para el agregado de valor en base a la asistencia técnica del INTI sobre el layout de planta, el equipamiento necesario, los productos finales a obtener y la factibilidad económica, entre otros aspectos”, concluyeron desde el instituto.
