Emmanuel Faber dejará de llevar la batuta ejecutiva de Danone, después de una creciente presión de los fondos accionistas de la compañía contra el directivo por los malos resultados de 2020. Este seguirá siendo presidente del grupo, pero la búsqueda de un nuevo consejero delegado ya está en marcha, después de que Danone haya confirmado hoy la separación de cargos a propuesta del propio Faber.
“Después de su reunión del 1 de marzo, el consejo de administración de la compañía ha revisado su gobernanza corporativa y ha decidido, a propuesta de Emmanuel Faber, separar las funciones de presidente y consejero delegado en un futuro próximo. Esta separación será efectiva a partir del nombramiento de un nuevo CEO”, dice un comunicado remitido por Danone. “El proceso para contratar un nuevo CEO ha sido iniciada y una vez se complete, Emmanuel Faber se centrará en su rol de presidente no ejecutivo. Hasta entonces seguirá siendo presidente y CEO con el total y unánime apoyo del consejo de administración”, añade la compañía.
“Quiero agradecer a todos nuestros accionistas, a mis compañeros de dirección, a nuestros empleados y a los socios que contribuyeron a la toma de decisiones. Estoy convencido de que harán mucho más fuerte la ejecución de nuestro plan y nuestra misión”, ha dicho Faber.
La presentación de los resultados de 2020 elevó la presión sobre el ejecutivo. Los fondos activistas Artisan Partners, con un 3% del capital, y Bluebell, también con presencia en el accionariado, han sido los más insistentes en pedir la destitución de Faber después de que las acciones de Danone hayan perdido una cuarta parte de su valor en el último año, y tras una caída de los márgenes en 2020 desde más del 15% al 14%. Pese al anuncio, las acciones de la multinacional caen y algunos analistas lo atribuyen al hecho de que el futuro ex consejero delegado continúe como presidente, aunque sea sin funciones ejectuvivas.
Faber ha impulsado en los últimos años la transformación de Danone, basada en un mayor enfoque por la sostenibilidad y la producción local. En 2020 las ventas del grupo cayeron un 6,6%, con un desplome de casi el 17% del negocio del agua por las restricciones a la hostelería. Aunque su beneficio neto creció un 1,4% hasta 1.956 millones, este incremento se produjo por elementos extraordinarios, sin los cuales la caída de la rentabilidad habría caído un 13%.