Se sabe: los alimentos marcan la dinámica inflacionaria. Es el rubro que viene aumentando por encima del promedio. No se trata de un fenómeno novedoso. Al contrario, la preocupación es que es un hecho que persiste. Y genera máxima tensión en la Casa Rosada.
Desde octubre del año pasado, las carnes lideraron esa tendencia alcista. Junto con las frutas y verduras que parecieron dejar de lado la estacionalidad propia del nicho para mostrar alzas continuas a lo largo del último año.
Los cortes de carnes, que el año pasado aumentaron 74% en promedio, el doble de la inflación anual, volvieron a picar en enero y ahora en marzo.
Pero hay un rubro que despertó ahora, en las últimas semanas. Algo ya detectó la medición del Indec, del mes pasado. Refiere a los lácteos, que hasta ahora habían pasado prácticamente desapercibido para el proceso inflacionario.
La tendencia es preocupante ya que, salvo los alimentos envasados (industrializados), como los fideos y el arroz, están encareciéndose más que el promedio. Y amenazan con alzas adicionales en los próximos meses. Contra lo que busca el Gobierno a través de las denominadas “mesas de diálogo”, que busca encontrar las razones de la elevada inflación en “la mesa de los argentinos”.
“La inflación no es un fenómeno que se pueda combatir centralmente con controles de precios”, dijo en las últimas horas Matías Kulfas, dándole la razón a quienes vienen advirtiendo sobre un proceso inflacionario difícil de acomodar.
Luego completó: “Esto implica, entre otras cosas, ir reduciendo el financiamiento monetario, reemplazarlo por diferentes fuentes de financiamiento”, aseguró el ministro, aunque aclaró que la meta oficial será reducir el déficit fiscal “mediante crecimiento, no mediante los ajustes que ya han mostrado ser un fracaso en esa materia”.
Los lácteos hasta ahora habían pasado prácticamente desapercibido para el proceso inflacionario
El caso de los lácteos, por dentro
Ahora, los lácteos -desde la leche hasta los productos elaborados, sobre todo los quesos- empezaron a mostrar incrementos por encima del resto. Aunque en términos interanuales, esos ajustes todavía se muestran retrasados respecto de las subas de otros rubros, como el mencionado de las carnes.
En los quesos, por caso, el Indec midió aumentos de entre 4,2% y 6,6%. Lo que marca una aceleración respecto de los últimos meses. Los quesos aumentaron alrededor de 30% en el último año.
Ahora bien, en el litro de leche en sachet el incremento fue de apenas 12,7% (de $55 a $62). Y en la manteca de tan sólo 8,2%.
¿Y entonces? ¿qué pasa ahora? A continuación, un punteo del escenario que está complicando el objetivo del Gobierno de mantener a raya el incremento en los precios de los alimentos.
1. Mayores costos por el aumento del dólar y del maíz
Una realidad que también impacta en otros mercados: la suba de las materias primas. Así como la tonelada de soja saltó por arriba de los u$s500, el maíz, el trigo, el petróleo y otros commodities también muestran una tendencia alcista muy marcada, producto del “efecto pandemia”.
En el caso del maíz, la suba en el precios impacta directamente en los costos de los tamberos ya que “las vacas comen alimento balanceado en base a ese producto”.
No hace más que potenciar un efecto que existe en la Argentina: la constante suba del dólar, consecuencia de la elevada inflación.
2. Suba de la leche en los precios internacionales
Lo señala con claridad un informe especial que acaba de publicar la Fundación Mediterránea: “Una muy buena noticia que proviene del frente externo y que puede ser clave para mejorar la ecuación económica de la producción primaria en el 2021 (y, vale reconocer, para generar también algunos dolores de cabeza en otros actores de la cadena) es la revalorización de los lácteos en el mundo”.
Al respecto, resulta revelador lo que está pasando con el valor de la leche en polvo, que tiene cotización internacional: “La leche en polvo entera registró un salto en sus futuros más próximos de alrededor del 16%, superando los u$s4.300 en las posiciones más cercanas (Mar-Abr). Estos precios son los mejores observados desde 2014. De mantenerse este nuevo escenario, el precio de la LPE Puertos Argentinos debería superar los u$s3.700 a mediados de año y los u$s4.000 hacia fines”, refuerza el reporte de La Mediterránea.
3. Caída de los stocks por el mayor volumen de exportaciones
Luciano Di Tella, dueño de una industria láctea pyme, comenta a iProfesional que el aumento de las exportaciones lácteas también impactan en los precios internos. Sobre todo porque se relacionaron con una baja en los stocks que existían en el mercado interno.
Di Tella explica que la mercadería que la industria no logra vender en el mercado interno, por la caída del consumo ante el avance de los precios, lo termina colocando en el extranjero como leche en polvo.
El informe de la Fundación Mediterránea agrega que “en el 2020 la cadena láctea superó los 11.100 millones de litros de producción y exportó por un volumen equivalente a 2.234 millones de litros (20,2% del total). Estos volúmenes, tanto de producción como de exportaciones, son los más elevados desde la crisis de finales de 2015”.
“En términos de productos, los volúmenes colocados de leches en polvo aumentaron en un 48% y los de quesos en un 14%. Este crecimiento permitió a Argentina recuperar market share en ambos mercados mundiales”.
4. Estacionalidad: verano versus otoño
Di Tella explica que durante los meses de verano y el otoño, la producción suele caer por una cuestión estacional. “Las vacas producen menor cantidad de leche en ese semestre, de mayor calor”, explica el especialista.
En esa lógica, argumenta que los próximos meses también podrían mostrar nuevas alzas en los precios.
Para la Fundación Capital, en cambio, la cuestión no sería tan lineal en cuanto a la evolución de los precios. Aunque admite que hay factores que impulsan la mejora en los valores, también pone ciertos puntos suspensivos sobre la cuestión.
Lo dice así: “Dado que la cadena coloca entre el 20-25% de la leche afuera, el sendero de precios que podrían convalidar los exportadores de leche en polvo es una referencia importante del mercado, que empujará el precio medio de la leche cruda hacia arriba, pero con una fuerza que a priori es difícil de precisar, dependiendo en gran medida de la capacidad del sector exportador de aprovechar los mayores precios y colocar volúmenes crecientes de producto (de los volúmenes de leche cruda que se logren reasignar de manera concreta desde el mercado interno hacia el externo), pero también de lo que suceda con las otras dos variables relevantes del mercado, el consumo interno y la producción de leche cruda”.