Es por eso que desde la columna «La Voz del Campo» lo consultamos para saber qué proyecciones hay para el precio de la leche y para el negocio en este 2021.
«El precio de la leche viene de un año que se atrasó muchísimo y en estos últimos meses se empezó a recuperar. El problema es que, junto con lo que se está recuperando el precio de la leche, tenemos el aumento de los granos que es el costo que más impacta sobre el negocio. La relación leche-granos, que es algo que uno está permanentemente mirando, no se recupera a pesar de que llevamos dos meses que la leche está aumentando por encima de la inflación. Lo que sucede es que venía con un atraso muy grande y los granos siguen subiendo, entonces la relación no mejora. Hasta el primer semestre del 2020 el negocio fue bueno, pero después el precio de la leche se estancó y la inflación siguió, los granos subieron y el sector se complicó bastante. Para adelante se espera que suba un poco más. Probablemente hasta junio estemos por encima de la inflación, en la medida que la inflación no pase estos niveles que ya son bastante altos. De ahí en más no se sabe. Tenemos la ventaja de que el mercado internacional está muy firme, pero junto con eso está el fantasma de todos los días: que el gobierno está intentando meterse más, actuando sobre los precios. Es lo que estamos viendo en la carne y es una amenaza latente», expresó Quintana cuando se lo consultó acerca del precio de la leche.
Diario Actualidad: Cuando hay inflación y aumentan los precios, lo hacen en góndola; pero para el productor siempre es más complicado…
JQ: Sí. Generalmente lo que se ve es que cuando baja el precio para el productor en la góndola no baja. Cuando las industrias empiezan a trabajar a pérdida la única forma por donde pueden descomprimir en un contexto recesivo es bajando o no aumentando lo que deberían el precio al productor. Es algo típico de las crisis. Normalmente sobre lo que es el valor final del sachet el precio de la leche puede ser el 30 o 33% y cuando hay crisis es el 25%. Eso suele ocurrir, pero no está pasando en este momento porque como el mercado internacional tracciona, el mercado lleva a las industrias a pagar buenos precios o lo mejor que pueden. Por otro lado, las industrias tienen toda la presión de los precios máximos y precios cuidados. En este momento te encontrás con que la industria está participando menos que en otros momentos.
DA: El dólar blue está aumentando. ¿Eso impacta en el negocio?
JQ: En general el dólar blue no impacta en el negocio en lo que es el flujo de fondos de todos los días. La lechería se mueve con el valor oficial. Pero sí impacta en la renta de la tierra porque la tierra vale dólar billete. Entonces vos tenés un resultado en pesos o en dólar oficial cuando tu activo sobre el que tenés que generar renta vale en dólar billete. Te quita rentabilidad, pero no perjudica tanto en lo que es el flujo de fondos. Lo que sí te genera es una incertidumbre enorme porque cuando empezás a ver que la brecha se agranda decís «acá va a pasar algo» y no sabés qué hacer. Pero en el día a día no afecta tanto. Es una fuente de incertidumbre y te quita renta.
DA: ¿Cuáles son las políticas que necesita el sector para desarrollarse?
JQ: Lo que hay que tener presente es que vamos todos en un mismo barco y el que anda mal es el barco. Nadie te puede dar certidumbre en un contexto donde no sabés para dónde va a ir el país. Entre un gobierno y otro tenés visiones opuestas respecto de hacia dónde ir. Es tal el nivel de desajuste en la variable macroeconómica que es muy difícil definir un rumbo. En el caso de la lechería hay que terminar con un tema de marginalidad que complica bastante el pago por calidad de la leche. Por supuesto que para dar previsibilidad y que se pueda decir cuánto va a valer la leche a futuro tenés que tener mínimamente un marco de estabilidad económica. Cuando tenés inflaciones que nunca sabés en cuánto van a terminar es muy difícil que alguien te pueda dar certidumbre en ese sentido. En este caso la señal debería darla la industria. Además, los productores necesitan dar el salto tecnológico que hace falta y para eso necesitás financiamiento. En un país que tiene el riesgo país que tenemos nosotros las tasas son imposibles de pagar. Son un montón de cosas que exceden a cada cadena productiva, son problemas del país de modo que es muy difícil actuar en una cadena en particular. Una cosa que sería muy importante es tener un buen programa de desarrollo y transferencia de tecnología para que los productores mejoren la productividad, pero no hay presupuesto para que el INTA haga esas cosas. Es algo que excede a la cadena, es un tema del país.
DA: Comparándonos con los grandes productores que lideran el mercado, como por ejemplo Nueva Zelanda… ¿Qué nos diferencia? Porque nosotros tenemos más tierra pero no logramos estar a ese nivel de producción…
JQ: Si el país tuviera más estabilidad, sin dudas que sería así. Argentina es visto desde el exterior, desde hace muchos años, como el país con más potencial de crecimiento en producción de leche. Tenemos todas las ventajas en cuanto a ambiente para producir leche, tenemos pasturas templadas, tenemos granos, tenemos todo y nunca llega ese momento. ¿Por qué? Por el país. Los australianos tienen una lechería que está tan estancada como la nuestra hace 20 años y vienen a darnos lecciones de cómo producir. ¿Qué sería de la lechería australiana, que hace 20 años está tan estancada como la nuestra por problemas climáticos, si tuvieran un 30 o 50% de inflación anual o si el dólar que hace 20 años valía un peso hoy vale 150? Eso te muestra realmente qué nivel de competitividad tendría nuestra lechería si tuviéramos una economía normal. Así y todo nos mantenemos en producción, crecemos un poco, el año pasado más del 25% de la leche se exportó. ¿Qué seria si tuviéramos una economía normal?
DA: El campo se caracteriza por invertir en tecnología para hacer eficiente la producción y crecer. Pero esto se ve mucho más en la lechería. ¿Creció el sector en el aspecto tecnológico?
JQ: Es una tendencia, pero va mucho más lenta de lo que debería. Los que hacen eso lo están haciendo en muchos casos con recursos propios. Algunos tienen créditos. Otros sacan recursos de otras actividades más rentables que les permite tener un flujo para sacar créditos. Está claro que cuando metés las vacas en un galpón producen alrededor de un 30% más de leche. Pero para lograr eso necesitas una inversión de alrededor de 2500 dólares por vaca. Se necesitan muchos años para recuperar esa inversión, salvo que tengas otra actividad. Hay gente y empresas que lo hacen con plata que no sale directamente del campo, sino de otras actividades. Para dar el salto tecnológico profundo que hace falta es indispensable tener crédito a plazos y tasas razonables. Sino es muy difícil.
DA: ¿Cuál es la proyección del negocio para el 2021?
JQ: Vamos a estar complicados. Hay una gran expectativa de lo que pueda pasar con el maíz y la soja. Eso va a definir un poco cuánto de estresado va a estar el negocio a lo largo del año. En nuestro partido tuvimos una situación con la sequía, en promedio estamos con menos reserva que otros años en cuanto a silo y rollos, lo que complica un poco más la cosa. En la medida en que el gobierno no se meta a frenar la suba del precio de la leche y no se meta con las exportaciones, el precio de la leche va a acompañar lo que puedan aumentar los granos y entonces el negocio no debería ser tan malo. Si bien venimos con una seca donde no pudimos hacer muchas reservas, ahora llovió bastante y estamos entrando al otoño con las pasturas y los verdeos muy bien. El forraje verde es un alimento barato y eso nos puede ayudar. Si dejan que el precio de la leche acompañe lo que está pasando en el mundo, tal vez no la pasemos tan mal. Pero en general va a ser un año donde el negocio va a estar más estresado que el del año pasado.