El senador nacionalista se refirió a la posibilidad de una nueva expansión agrícola, las opciones de ingreso a los mercados y el impacto del agro en la sociedad, entre otros temas.

La ausencia de pooles de siembra hoy permite “tener más agronomía que finanzas en el campo” y la posibilidad de exportar sorgo a China es “una revolución que calza perfecto”, aseguró. Afirmó que si las rotaciones de soja con arroz en el Este eran una realidad con la soja a US$ 300, hoy lo es mucho más, y acerca de la granja dijo que “tiene un potencial enorme en la producción pero un punto débil en la comercialización”.

-¿Cómo ve al Uruguay agropecuario?
-Veo al campo como un concepto que abarca mucho. Hay un gran conjunto de personas que integran el eslabón de la cadena agropecuaria. Hoy este sector ha mostrado una resiliencia trascendente, no solo por seguir funcionando de forma importante en la pandemia sino por atravesar dos emergencias climáticas. Cuando hubo que tomar decisiones para sembrar los cultivos de invierno el año pasado, el mundo entero estaba paralizado. El productor siguió apostando y ese coraje se premia. Va a ser un punto clave en el despegue del país post pandemia.

-¿Qué opinión le merece esta escalada en el precio de los commodities?
-La primera reflexión es que por falta de agua no pudimos aprovechar del todo esta ecuación. Lo positivo es que tenemos un buen escenario por lo menos para los próximos 2 años, donde esperamos buenos valores y tenemos un tipo de cambio mejor que en el anterior boom de los commodities. Siempre hay que tener cuidado con el crecimiento de los costos de producción, pero todos tienen derecho a aprovechar su parte de la torta con estos buenos valores. La ausencia de los pooles de siembra en esta nueva expansión agrícola permite tener más agronomía que finanzas en el campo. Hoy la simbiosis de agricultura con ganadería es una realidad y los cultivos de invierno comienzan a empujar. Vamos a volver a ver una competencia agresiva por la tierra, y de ahí se marcan ganadores y perdedores. Los ganadores pueden ser los propietarios de los campos y en este caso el más perjudicado puede ser el sector lechero.

-¿La presencia de más capitales uruguayos genera un mejor derrame hacia la sociedad si el negocio va bien?
-La agricultura es muy democrática y las localidades pequeñas del interior del país se han beneficiado mucho con todo esto. Contratistas o trabajadores que estuvieron cerca del boom anterior de la soja hoy capaz tienen un equipo de siembra o de cosecha y se animan. Muchos campos agrícolas se reconvirtieron a ganadería y hay una casualidad virtuosa que hace que esas praderas que empiezan a engramillarse puedan tener una nueva rotación con la soja. Por eso estamos viendo la cantidad de ganado que se está vendiendo en las pantallas.

-¿Cómo avanza la generación de un protocolo para exportar sorgo a China?
-Lo hablo permanentemente con la gente del Ministerio. Es una revolución que calza perfecto, así como la colza lo hace en el invierno. El sorgo puede crecer en área y entrar en rotaciones porque el maíz está tendiendo a producciones de segunda por temas climáticos ya que las lluvias en nuestro país en diciembre se dan cada vez menos. Los maíces de segunda y los sorgos van a ser parte de rotaciones indispensables para los suelos.

-¿Cómo evalúa las exportaciones de cebada forrajera a China?
-Para mí es formidable. Rompe la esclavitud con las malterías y agrega una opción más en el abanico de las opciones del doble cultivo. Lo mismo queremos justamente que suceda con el sorgo. Brindar opciones al productor para hacer un doble cultivo como gobernante significa más camiones, más empleo, más desarrollo en el sector, etc.

-Las rotaciones de arroz con soja son una realidad en el Este ¿cómo las ve?
-Es un ejemplo perfecto de una simbiosis virtuosa. Se hacía con la soja a US$ 300 y era bueno, imagínate ahora con la soja a US$ 500. En las llanadas del este hay soja adaptada con ciclos más largos. Este es un año donde eso se va a ver perfectamente.

-Como legislador, ¿cómo viene trabajando en las políticas de apoyo al agro?
-Este es un gobierno campero con un presidente campero. En su mesa de trabajo siempre va a estar el agro. La decisión de no subir los combustibles en la trilla es una clara muestra del enfoque productivo. La institucionalidad no es solo el MGAP, comprende también todos los institutos e incluso el BROU, que está mostrando un gran apoyo al productor y es gratificante. La mayor frustración de mi parte está en el Instituto de Colonización, donde no hemos visto lo que soñábamos. No se han hecho auditorías de campos mal comprados y hay muchas hectáreas mal aprovechadas. Lo vimos en la última sequía con campos vacíos y gente buscando un pastito. Por ejemplo, si los tamberos van a ser perjudicados por la lucha por la tierra es de sentido común que podamos ayudarlos desde este lado.

-Hay un reclamo que se multiplica en el sector, y es mejorar el acceso a los mercados. ¿Cómo visualiza este aspecto?
-Generar una baja arancelaria con China para ingresar con nuestros productos es clave. En eso somos enfáticos y tiene que decirse sin eufemismos. Coincidimos con la visión que expresó el presidente en la cumbre del Mercosur, y estamos contentos con la victoria diplomática de poner la flexibilización arriba de la mesa. De todos modos, somos escépticos en tener un resultado a corto plazo. La gente de campo es práctica y hay que tomar decisiones con la realidad.

-¿Cómo observa al rubro ovino?
-Estamos trabajando en un proyecto de ley que se ha visto un poco demorado por la pandemia. Es otro de los rubros interesantes del abanico agropecuario. Hay que solucionar la situación de las jaurías de perros y el abigeato. Debemos tener en cuenta que el rack de cordero es el plato más lujoso de los restaurantes del mundo. El día que el mercado levante va a volver a posicionarse como una opción interesante para hacer flujo de capital en pequeñas producciones. Veo un futuro positivo, lógicamente delimitado por la realidad actual. Para los pequeños productores, negocios como el del cordero pesado implica generar dinero en pocos meses. Hay que promover eso.

-Respecto al proyecto para erradicar la mosca de la bichera, ¿cómo piensa que es mejor implementarlo?
-Primero que nada hay que resaltar la importancia de poner estos temas en el presupuesto nacional. Hay buena voluntad, pero vamos a poner énfasis en no seguir desarrollando institutos y aprovechar los organismos que hay. Utilizando las estructuras ya creadas y haciendo un programa específico lo que hay que hacer es contratar a los técnicos de campo y no a los cuerpos gerenciales y administrativos. Es una buena idea usar al SUL como coordinador y tener la participación de todos en el rubro.

-Usted también se desempeña en pequeñas producciones agropecuarias, como la granja. ¿Cómo evalúa la actualidad y rentabilidad de este sub sector?
-Empezamos con una explotación granjera, pagando todos los derechos de piso y aprendiendo. La granja tiene un potencial enorme en la producción pero un punto débil en la comercialización. Debemos aprovechar la aspiradora china que se lleva todos los alimentos de calidad que Uruguay puede producir. Así como intentamos abrir mercados para la soja, la cebada o el sorgo, tenemos que hacerlo también para la cebolla y la zanahoria. A modo de ejemplo, el potencial uruguayo con la frutilla es brutal, los chinos la pagan como esmeralda. Hay que dar al granjero incentivos para producir.

-¿Cómo ve la situación actual de la forestación?
-Es uno de los sectores que más tracciona y crece en el campo uruguayo. La realidad marca que hay suelos de prioridad forestal y debe ser una de las actividades más reguladas, al punto que hay proyectos que exigen incluir biólogos para cuidar y proteger distintas especies de aves. Ya que está el tema arriba de la mesa con este proyecto de ley de Cabildo Abierto, está bueno generar una discusión profunda. Debemos tener arriba de la mesa el conjunto de actividades para que haya un equilibrio. La micro forestación ayuda por ejemplo a los productores en la lucha contra la extranjerización de la tierra. Permitir producciones comerciales grandes en suelos que no sean de prioridad forestal tiene mis reparos.

“Poner a la “Ruralidad” en educación de los jóvenes”

-¿Uno de los grandes desafíos hoy es luchar contra una percepción negativa del rubro por ciertos grupos de la sociedad, o contra la falsa contraposición de campo y ciudad?
-Tengo la alegría de haber incluido en la ley de presupuesto la intención de poner a la ruralidad en la educación de los jóvenes. Para hablar hay que conocer. Hay políticos que opinan que la soja este año va a tener ganancias extraordinarias pero desconocen que hay un gran porcentaje que va a tener afectación por falta de lluvias. En Nueva Zelanda el sistema político no cuestiona nunca al agro, al tiempo que acá manejamos prejuicios y animosidad por desconocimiento. Trabajar al aire libre, con ciclos biológicos y planificaciones a varios años son procesos que siempre han dado resultado. Producimos la mejor carne del mundo, tenemos pasturas maravillosas, tenemos productores lecheros que incrementan sus productividades constantemente y producimos uno de los mejores arroces del planeta, y aún así tenemos que estar siempre luchando contra el prejuicio de personas que no tienen conocimiento.

-Usted ha sido defensor de la desmonopolización de Ancap, ¿en qué quedó este proyecto de ley?
-El statu quo logrado con la LUC ya establece un cronograma. Pienso que mientras Ancap siga teniendo actividades conexas no va a tener un precio competitivo del combustible y la realidad va a empezar a pesar. Más allá del conjunto de buenas intenciones, no dejamos de tener los combustibles más caros de la región. Siempre tenemos presente la desmonopolización de Ancap, pero el “Uber” más grande que va a tener va a ser cuando aparezcan vehículos o tractores eléctricos. Nosotros mantenemos el proyecto vivo y en la opinión pública, pero vamos a ver que sucede con las políticas actuales.

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