Una granjera australiana estaba en plena recepción de su boda cuando una de sus vacas empezó a parir. Sin dudarlo, la novia, que tenía su vestido blanco y brillante, acudió a ayudar a la vaca a traer al mundo a su ternero.
“Ni siquiera pensé en mis invitados. No pensé en mi vestido, eso es seguro. Fui directamente a la lechería”, dijo la recién casada Jessa Laws a As It Happens. “Cuando hay una vaca que necesita ayuda para parir, uno deja todo para ir a ayudar”.
La vaca, llamada Drama, llevaba entre tres y cuatro días de retraso y Jessa y el novio, Ben Laws, sospechaban que iba a parir el día de su boda.
“Con un nombre así, Drama, habíamos bromeado con que sin duda daría a luz el día de nuestra boda”, dice Jessa.
Sin embargo, el 24 de abril, el día de la boda, la pareja revisó a Drama y pensaron que nada iba a salir mal, reportó la BBC.
La ceremonia de la boda de la pareja se celebró en su granja de Gorae, Victoria, pero no alcanzaron a llegar a la recepción.
Su amigo Josh, un compañero de la granja lechera que estaba encargado de cuidar a Drama, alertó a la pareja, diciendo: “Miren, ya empezó, no se estresen, la estoy vigilando”.
Sin embargo, dos horas más tarde, Josh regresó y les informó que no había pasado nada y que la vaca necesitaba ayuda. Sin pensarlo dos veces, y sin cambiar su atuendo, Jessa fue rápidamente a ayudar a Drama.
Ben estaba ocupado preparando té para los invitados, cuando un amigo le informó que Jessa había bajado a ayudar en el parto.
“Mi primera pregunta fue: ‘¿Jessa está ahí abajo en el barro?’”, dijo Ben a CBC. “Y todo lo que obtuve fue un ‘Sí’”.
Jessa dijo que el parto fue difícil pero que, con su ayuda, la vaca parió a Destiny, un ternero sano. Cuando la novia administró un poco de alivio a la vaca, regresó a la fiesta de la boda, con el vestido cubierto de barro.
“La gente de la ciudad estaba absolutamente asombrada. Mis amigos de la granja decían: ‘sí, eso era de esperar de Jessa’”, dijo.
A pesar de todo el barro, Jessa disfrutó la fiesta de su boda y siguió con el mismo vestido lleno de barro hasta las 4:30 de la mañana del día siguiente.
Aunque su vestido se arruinó y quizá no pueda arreglarlo, al reflexionar sobre el incidente, Jessa dijo a la BBC que no se arrepiente “para nada”.