La leche en polvo de distribución normada para niños de 0 a 7 años correspondiente a junio, que se vende en varios municipios de la capital cubana, tiene una apariencia y una consistencia que varias madres habaneras califican de “dudosa”.
La usuaria Yailén García destapó la caja de Pandora en el grupo de Facebook Alamar(el barioooo) al preguntar : “¿A alguien más le vino la leche de los niños así, que parece maicena, harina o cualquier cosa menos leche?”
Varias vecinas se solidarizaron con ella, y algunas llegaron a sugerirle devolver el producto o denunciar su mala calidad.
“Llévala a (la Dirección Municipal de) Comercio, (porque) es la leche de los niños, no estamos hablando de jabón”, escribió Surama Núñez, mientras otra miembro del grupo, Raquel Márquez, le aconsejó devolver la leche, porque “puede tener hasta bacterias”.
Usuarios de otros municipios que participan en Alamar(el barriooo), como Manuel M. García Diéguez (Marianao), Ilien Vidal (Centro Habana) y Raysi Guardia Fernández (Regla), afirmaron que la leche en polvo que habían comprado en sus bodegas estaba en iguales condiciones.
Los problemas de calidad de la leche en polvo normada son antiguos y la mayoría están relacionados con la distribución del producto sin envasar.
“Cuando mi hijo era más pequeño, la leche venía en paquetes sellados, con unas letras en azul como identificación. Un día mi esposo llegó con un paquete totalmente blanco, sin las letras. Los cambios de leche son muy peligrosos para los niños, así que acudí rápidamente a la bodega y resultó que al bodeguero se le había acabado la leche que nos correspondía y decidió, por propia voluntad, sustituirla con otra. No la aceptamos, tuvo que sacar de debajo de la tierra una bolsa con nuestra leche”, relató Ana, residente en Guanabacoa.
“Cuando viene ese tipo de leche que nadie sabe qué es, en mi bodega me han tratado de explicar que es una leche fortificada, que viene ligada con un cereal, pero no saben decir qué tipo de cereal es, ni por qué cuando la preparo se queda pegada en el fondo, como si fuera harina”, detalló Susana, santiaguera que vive en La Habana.
A los problemas señalados hay que sumar los baches en la distribución. En febrero del año pasado DIARIO DE CUBA publicó un reporte que mostraba la incapacidad del Estado para garantizar la leche incluso a embarazadas y enfermos cuya dieta médica la incluye.
Aunque varios usuarios de las redes sociales adujeron como posible motivo de la extraña apariencia de este producto su caducidad, esto no se ha podido confirmar pues las autoridades, como sucede a menudo ante este tipo de irregularidades, no se han pronunciado.
El hecho de que la descripción del producto coincida en casi todos los testimonios, indica la posibilidad de una leche vencida o de su adulteración en los eslabones superiores de la cadena de distribución, lo que exoneraría al personal que vende directamente el producto.
Otros consumidores también aseguraron a DIARIO DE CUBA que el aspecto de la leche en polvo que habían comprado por la libreta de racionamiento no era el habitual. Tal es el caso de Mileidys, madre que reside en Alamar, La Habana del Este.
“Esta vez vino con un color blanquecino; no digo blanco, porque no lo es exactamente. Es un color extraño. Si dicen que siempre viene fortificada con hierro y zinc, no me parece que deba variar su coloración. Además, la probé y se me quedó pegada al cielo de la boca, como si fuese leche descremada”, dijo.
“Eso ya me había pasado antes, cuando la niña todavía no había cumplido el año. También me roban en la pesa. Así que no podría decir si se trata de adulteración o de un producto vencido. Uno nunca sabe lo que ellos hacen con esa leche. Es la desventaja de la venta a granel”, razonó la joven.
En Cuba, aunque los niños de entre cero y siete años tienen derecho a tres kilogramos de leche en polvo al mes, solo a los menores de un año se les garantiza el producto sellado. Los padres que adquieren la leche para niños a partir de esa edad quedan expuestos al robo, la adulteración e incluso la contaminación del producto, que se vende a granel.
“De confirmarse que se trata de la venta consciente de un producto vencido, estaríamos en presencia de un delito. Entidades gubernamentales estarían poniendo en riesgo la vida de miles de niños y algún que otro adulto”, apuntó el abogado Leonel Rodríguez Lima.
La falta de calidad de la leche está afectando varios municipios de la capital, pero no a todos, a juzgar por las declaraciones de residentes en otros territorios habaneros. “Aquí no hemos tenido problemas con la leche, a mi bodega está viniendo amarillita”, confirmaron Deisy y Gabriel, vecinos del municipio Diez de Octubre.
Además del Combinado Lácteo de La Habana, los otros centros dedicados a la producción de leche en polvo en Cuba son la Planta de Elaboración de Leche en Polvo de Camagüey y la Empresa de Productos Lácteos de Bayamo.
El Estado importa la mayor parte de la materia prima y el polietileno para la elaboración y envasado de leche a nivel nacional. Ante las recurrentes fallas en la producción, las autoridades acostumbran a escudarse en el embargo norteamericano y los obstáculos que este impone a las importaciones por vía marítima.